tag:blogger.com,1999:blog-54673312238397854092024-03-19T01:47:23.993-07:00Letras MalditasJosé Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.comBlogger28125tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-46377909183259961982017-03-04T07:36:00.000-08:002017-03-04T07:36:47.047-08:00LOS ANFITRIONES<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcwc6MvBEHwx6M22I5VyqOXnGFrP8sLT2Ea_AZH0-l0JHhG7QHssvRhFkRkJfJ44qF9r6dl7cSRBOLCy7EYu5n2Co9IxeyyMkmXQVRL-RhYpuZuIWWXHjUnamFX7ATVtKSrKDjYVy0rsIP/s1600/paranormalfearguate.worpress.com.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcwc6MvBEHwx6M22I5VyqOXnGFrP8sLT2Ea_AZH0-l0JHhG7QHssvRhFkRkJfJ44qF9r6dl7cSRBOLCy7EYu5n2Co9IxeyyMkmXQVRL-RhYpuZuIWWXHjUnamFX7ATVtKSrKDjYVy0rsIP/s1600/paranormalfearguate.worpress.com.jpeg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: paranormalfearguate.worpress,com</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
...Se escucharon pasos por el
corredor. A continuación, alguien subió por la escalera, cuyo pie, según habían
podido observar al abandonar la sala de estar, estaba a no más de un metro y
medio del cuarto que ellas ocupaban. Siguieron calladas, convencidas de que los
ancianos se retiraban a su habitación. Poco después oyeron el chirrido de unas
bisagras. La puerta fue cerrada al momento. Cuando todo parecía que iba a
quedar en el silencio más absoluto, comenzaron a oírse unos gemidos apagados
por la distancia. No se podía apreciar si estos sonidos provenían de un animal
o si eran emitidos por una persona. Tenían un tono fiero, pero algunas notas se
empeñaban en hilar palabras que, de momento, resultaban incomprensibles. Y al
fin, por encima de aquel ambiguo parloteo, se elevó una voz clara, que llegó a
los oídos de las chicas con notable nitidez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Sabes que tenemos visita, ¿verdad?
Pero debes tranquilizarte. Son dos chicas estupendas, y muy guapas. Tendrías
que conocerlas. Estoy segura de que te iban a gustar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Es Juana —murmuró de pronto Gloria,
con un asomo de miedo—. ¿Con quién estará hablando?</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—No tengo ni idea. Aunque parece que
con un animal, ¿no? —la voz insegura de Eva dejó entrever que sus pensamientos
podrían ser muy distintos a sus palabras. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Los sonidos guturales, o los gruñidos,
seguían llegando a trasvés de puertas y paredes, como el rumor de un río
subterráneo. Y la voz de Juana, ahora más apagada, continuaba oyéndose en el
mismo tono tranquilizador. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Es raro que tengan animales en la
planta de arriba —susurró Gloria cuando calló la anciana, con un hilo de voz
que denunciaba su inquietud—, ¿no te parece?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Es cierto, aunque es justo reconocer
que ellos mismos son muy raros. ¿Cómo si no iban a vivir en la época que corre
como si estuvieran anclados cincuenta años atrás en el tiempo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Es probable que les guste esta forma
de vida —aventuró Gloria sin convencerse—. Eso es lo que dicen, ¿no? A
fin de cuentas son ancianos y puede que estén acostumbrados a vivir así.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—U obligados a vivir así.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Gloria meditó durante algunos
segundos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—También puede ser.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—En realidad, a mí no me disgusta este
modo de vida, pero pienso que hay cosas en la actualidad que pueden ser
compatibles con él, e incluso resultan imprescindibles para que la gente se
sienta integrada en esta sociedad, de la que, por ingrata que nos resulte a
veces, no podemos desvincularnos por completo, y menos aún cuando se trata de
personas tan mayores. ¿Qué me dices, por ejemplo, del teléfono o de la
electricidad?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Quizás tengas razón. La verdad es que
son un poco raros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Pero son encantadores.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Eso también es verdad —concluyó
Gloria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La puerta de arriba se oyó de nuevo y
unos pasos suaves descendieron por la escalera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Cuando Juana se retiró a su
habitación, el silencio volvió a la casa. Un silencio de noche de invierno. Un
silencio de montaña. Un silencio de nieve...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-12941102302398763582017-02-19T00:22:00.000-08:002017-02-19T00:22:24.724-08:00DOS DE MAYO<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM-zcZtctk2iT-qvvbuje5TuqB3O3kwZuuykqkI9AuN0k8tXx3uxi5Xa5QiBENA83Xt-WMFy7Zcy2drzHFUq7UvyxQ_YodkUvel3HmW5vo65PGDfd-G1y3oHcNCC5C4PU29iA2SHTIFIfX/s1600/fotosdigitalesgratis.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM-zcZtctk2iT-qvvbuje5TuqB3O3kwZuuykqkI9AuN0k8tXx3uxi5Xa5QiBENA83Xt-WMFy7Zcy2drzHFUq7UvyxQ_YodkUvel3HmW5vo65PGDfd-G1y3oHcNCC5C4PU29iA2SHTIFIfX/s320/fotosdigitalesgratis.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía:fotosdigitalesgratis.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Aunque
ya han pasado diez años, maldigo con toda mi alma el recuerdo de aquella noche maldita.
<b><o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Tras
una tarde plena de drogas y alcohol, mis amigos, mi novia Eva y yo nos fuimos
al bosque porque ella nos había metido en la cabeza que podíamos invocar al
Diablo. Eva era una chica hermosísima pero a veces resultaba un tanto
inquietante. Siempre hablaba de películas y libros de terror, de aparecidos,
invocaciones y todo lo que concierne al lado oscuro de las personas, ese por el
que tanto le gusta a ella adentrarse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
¡Qué
estupideces más grandes se hacen a veces! <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Recuerdo
que aquella noche, tras convencernos del acto que ella más que nadie pretendía
llevar a cabo, fue a su casa y trajo una vela y un libro muy antiguo con tapas
de cuero repujado y laboriosas incrustaciones doradas. Yo no tenía ni idea de
dónde había sacado semejante ejemplar. Pero sí recuerdo que al verlo pensé en
el Necronomicon del árabe loco Abdul Alhazred, que tanto se menciona en las
obras H. P. Lovecraft. Pero no, no era el Necronomicon; se titulaba
Invocaciones Satánicas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Por
recomendación suya nos sentamos sobre la hierba formando un corro en torno a la
vela y al libro. Encendimos la vela, cuya llama oscilaba a merced de una brisa
suave que asimismo estremecía las hojas de los árboles. Eva abrió el libro por
la página que tenía marcada y, ejerciendo de maestra de ceremonias, nos dijo
que nos cogiéramos todos de las manos y, a la luz de la vela, empezó a leer en
voz alta unas extrañas palabras que sonaron aterradoras en la quietud de la
noche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
No
entiendo cómo lo conseguimos, si ninguno, ni incluso ella misma, estaba en su
cabales. Pero lo logramos. No sé cómo, pero lo logramos. Y jamás Eva y yo nos
arrepentiremos lo bastante.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
El
Diablo se nos apareció, y para que su recuerdo trascendiera nuestro estado
embriaguez, nos exigió un tributo a Eva y a mí. Fue a nosotros dos, porque
formábamos la única pareja que se sentaba en el corro aquella noche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Nosotros
solo teníamos que aceptar el desafío y él se encargaría de los detalles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Ahora,
tras los diez años que nos concedió de tregua, estoy viendo los resultados. Y
no pueden ser más desesperantes. ¡Cuánto daría por volver atrás en el tiempo!
¡Por no haber ido al bosque aquella maldita noche!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
¡Sí
todo parecía una broma! De veras. Una payasada de juventud. Así lo entendí
aquella noche y por eso di mi conformidad ¿Cómo unos fumados y chispos podrían
contactar con el Diablo? No tiene sentido. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Pero
sí lo tenía. Y es que no albergo ninguna duda de que él se dejó hacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Dos
años después de aquella noche, me casé con Eva, y un año más tarde nació
nuestra hija Ana María. Sabíamos que iba a ser la única, porque tras unas
complicaciones en el parto, Eva quedó estéril.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Aun
así, éramos felices, nos queríamos muchísimo y nos llevábamos la mar de bien, y
nuestro amor se veía colmado con aquel diablillo rubio que tanta alegría daba a
nuestro hogar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
No
nos faltaba nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Nada,
hasta esta noche pasada en que he tenido una pesadilla cruel: el Diablo mismo
en persona, la misma imagen que vimos ante nosotros aquella aciaga noche, se me
ha presentado en sueños y me ha sugerido que viniéramos hoy al cementerio para
ver si todo está a nuestro gusto. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Mi
mujer, temiéndose lo peor, no ha querido acompañarnos. Pero yo no he podido
evitarlo: una fuerza ajena a mi voluntad me ha impulsado a venir. Y ese mismo
impulso me ha obligado a traerme a mi hija. Tampoco he podido evitarlo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Para
ver si todo está a nuestro gusto. ¡Tiene guasa la cosa!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Hundido
por el dolor que crece en mi pecho, me seco las lágrimas con el dorso de la
mano. Una incomprensible atracción lanza mis ojos una y otra vez hacia la tumba
que tengo delante. El epitafio de la lápida es muy claro, no deja lugar para
las dudas: <o:p></o:p></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: center;">
<b>Ana María López Cuesta<o:p></o:p></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: center;">
<b>Fallecida el 2 de mayo de 2.016 <o:p></o:p></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: center;">
<b>A los 7 años de edad.</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Mi
hija Ana María también lo lee y me aprieta la mano con fuerza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¿Será eso verdad, papá? —me pregunta con el rostro compungido y las lágrimas brillando en sus ojos
vedes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Se me
hace un nudo en el pecho. Pero ella me mira con rostro expectante, desesperado.
Me siento obligado a contestarle.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Sí, hija mía, es verdad. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ambos
lloramos desolados. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Hoy
es treinta de abril. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Faltan
solo dos días.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-54711160224406131082017-02-04T23:50:00.000-08:002017-02-04T23:50:36.611-08:00ALMAS ERRANTES<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFpCJ78bpFCYWZ3aJQ4FrngcIr23GlaqivfNArE3KziRn3L9D8b4j_LmJqe_5LZ6rI1b_4xwkqvk8xfiRzmAtmhCaSQp5DGhnRExDueOmzQ3LSnURLTy-o7-UHDO1KgA3kFv28auXwSxcO/s1600/elpensante.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFpCJ78bpFCYWZ3aJQ4FrngcIr23GlaqivfNArE3KziRn3L9D8b4j_LmJqe_5LZ6rI1b_4xwkqvk8xfiRzmAtmhCaSQp5DGhnRExDueOmzQ3LSnURLTy-o7-UHDO1KgA3kFv28auXwSxcO/s320/elpensante.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen via: elpensante.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
...Había un hombre junto al lavabo,
ataviado con el pijama característico del hospital. Estaba situado de espaldas,
silencioso, como si le esperara. Esa fue la impresión que le dio a Israel,
porque le parecía increíble que se pudiera utilizar el baño con la luz apagada,
sin el más mínimo reflejo con el que ayudarse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Diablos! ¿Qué hace usted aquí?
—profirió sobresaltado, exhalando un gemido ronco que se propagó de manera
siniestra por todos los rincones de la habitación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—En mal momento has venido, amigo —dijo
el desconocido con una voz pegajosa, que parecía flotar en el aire, al tiempo
que se giraba con la mayor parsimonia del mundo, como si esperara que el recién
llegado tomara conciencia plena de su presencia.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Otro nuevo escalofrío recorrió la
espina dorsal de Israel cuando vio que el rostro del extraño estaba pálido como
la cera y tenía una enorme herida supurante que le recorría la práctica
totalidad de la mejilla izquierda. El ojo de ese lado estaba negro y cerrado
como en un guiño exagerado. El derecho parecía mirar más allá de él cuando le
enfocaba, como si su mente estuviera absorta en profundos pensamientos, o más
bien como si le costara hallar la manera de expresarse. También había una venda
tapando la cabeza. Por la parte inferior de la gasa, hacia el centro de la
frente, descendía un hilo de sangre seca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Quién diablos es usted? —exclamó
Israel al darse cuenta de lo que sugería el horrible color de aquella cara
mutilada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
En un gesto instintivo, como si su
cerebro reaccionara a las voces, volvió la cabeza en dirección a su esposa ante
el temor a que despertara. Pero ella seguía durmiendo. Esto provocó que un
ligero alivio buscara aposento allí donde el miedo irracional que le producía
la visión del intruso hacía tambalearse la escasa calma que aún le quedaba.
Pero no lo encontró.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
El desconocido le miró a los ojos,
como si lo estudiara.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Quién es usted, por el amor de Dios?
—volvió a preguntar Israel, ahora en un tono mucho más comedido, destinado a
preservar a su mujer de aquella horrenda visión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Digamos que vengo a ponerte al día de
tu situación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Qué demonios quiere decir con eso?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
El individuo dio un paso al frente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Quítate de ahí —dijo, levantando una
mano en ademán de intentar apartarle para salir del aseo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Sus movimientos eran torpes, lentísimos.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Israel sintió un estremecimiento
cuando aquellos dedos fríos le rozaron la mano. Se hizo a un lado, dando un
pequeño salto que disparó el dolor de su pecho. Emitió un gemido ahogado y miró
otra vez a su esposa, con el secreto deseo de que aquellos extraños
acontecimientos que ocurrían no terminaran al fin por despertarla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
El intruso salió a la habitación,
indiferente al gesto de repulsa que su contacto había provocado en Israel.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Acompáñame —dijo con voz sofocada,
dirigiéndose con pasos cortos y pesados hacia la puerta que daba al pasillo.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Israel
le miró perplejo y asustado. Si todo hacía presagiar que aquel hombre estaba en
el último aliento de su vida, suponiendo que aún le quedara vida, ¿cómo podía
estar allí? ¿Y qué estaba haciendo?...<o:p></o:p></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-49228266864304266102017-01-21T00:22:00.000-08:002017-01-21T00:22:01.426-08:00EL NOVIO DE SAMANTA<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b> </b></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzL5Jyq_hGUcYSO63LsXP_wrPJiBC0woULBy93yWANphA8x000qBcZDWwuqBpNV8B3ssDtQf95EZZeJ-r78c6GgnldkEQWH4PvxMuKdhxyf4gorien4lXv6S4pGuh0WPjIHOgRW8Nhln5W/s1600/codigoespagueti.com+-+copia.jpe" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzL5Jyq_hGUcYSO63LsXP_wrPJiBC0woULBy93yWANphA8x000qBcZDWwuqBpNV8B3ssDtQf95EZZeJ-r78c6GgnldkEQWH4PvxMuKdhxyf4gorien4lXv6S4pGuh0WPjIHOgRW8Nhln5W/s1600/codigoespagueti.com+-+copia.jpe" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: codigoespagueti.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Samanta caminaba despacio por una sala en penumbra.
Aquí y allá, dispuestas sin ningún orden aparente, se veían varias peanas donde
descansaban enormes frascos de cristal. Dentro de estos, sumergidas en formol,
había cabezas humanas. Eran de mujeres morenas, con el pelo muy largo, seguro
que en vida les llegaba a la cintura. En la base de cada frasco, una lámpara que
proyectaba una luz tenue dotaba a la cabeza de un fulgor azulado que le daba un
aspecto horrible.</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Le
resultaba insufrible observar aquellas caras tristes, cercenadas en la flor de
la vida, mudos testigos de la crueldad gratuita que a veces guía los pasos del
hombre. Aun así, había algo que tiraba de ella, era como un hilo invisible, que
la arrastraba hacia el final de aquella colección macabra. Y allí estaba, clausurando
una estampa que parecía surgida del averno, el último frasco, la adquisición más
reciente: su propio rostro mirándola desde las profundidades del líquido odioso.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Estaba
sudando a mares cuando despertó. Las últimas imágenes de la pesadilla flotaban
a su alrededor mientras se diluían en el vacío.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
Todo
empezó cuando oyó la noticia en la tele:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
"Un
nuevo cuerpo ha sido encontrado en el Polígono Campollano de Albacete. Igual
que los anteriores, está decapitado. Algunos trabajadores de la fábrica junto a
la que fue abandonado el cadáver, basándose en la ropa que lleva, afirman
conocer a la víctima, una mujer morena de unos treinta y cinco años de edad que
lucía un pelo muy largo. Estas personas también han declarado que durante las
últimas semanas la joven iba acompañada por un desconocido. Esto hace pensar a
la policía que podría tratarse de una especie de coleccionista de cabelleras,
que seduciría a sus víctimas para después asesinarlas y cortarles la cabeza".
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Acompañaba
esta información el retrato robot de un hombre joven y apuesto que tenía un parecido
asombroso con su actual novio. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Esta
noticia era del día anterior, aunque sabía que habían pasado unas semanas desde
que se produjera el primer asesinato, poco antes de que ella empezara a salir
con Luis. ¿Sería ese su verdadero nombre? En realidad, conocía muy poco de él.
Solo, que era un hombre muy simpático, y guapo, que la abordó un día a la
salida de una cafetería pidiéndole fuego. Al fin dieron un paseo. El desconocido
la encandiló con su verborrea fácil, su amabilidad, sus detalles y, sobre todo,
con aquella sonrisa encantadora y juvenil que tenía la virtud de descolocarla. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Desde
entonces salían juntos. Aunque no todos los días; a veces, él se excusaba con
el trabajo y posponía la cita para el día siguiente. Ahora, atando cabos, se
daba cuenta de que estos trabajos a deshora coincidían con la aparición de las
víctimas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Eran
las ocho de la tarde, la hora en que él venía a buscarla. Oyó el sonido
característico del todoterreno de Luis. Siempre tan puntual como un reloj
suizo. Recordó la pesadilla. Sobre todo, aquella parte en que su rostro la
miraba desde el interior del último frasco de la colección. Por el tiempo que
llevaban juntos, intuyó que podría ser ella la siguiente víctima. Tenía que hacer
algo para evitarlo. Samanta cogió las
tijeras y se cortó, por encima de los hombros, la hermosa cabellera que siempre
le gustó lucir hasta la cintura.<b><o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-21646223075931911562017-01-07T09:59:00.000-08:002017-01-07T09:59:43.394-08:00NO ESTAMOS SOLOS<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik3Nyt8ISMPY6hnAgrz3cVA8OSgiAwwtQk40z98v7zkXKAzRRladl_lgY-mE2QjEJXcV8CcK2hsEfTwj_AnuYd507oC8EcuL83uDDFP2Xp8f30EOO4d9UBsjy1dcqr5UYld2yi5vv_1RN6/s1600/debeverse.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik3Nyt8ISMPY6hnAgrz3cVA8OSgiAwwtQk40z98v7zkXKAzRRladl_lgY-mE2QjEJXcV8CcK2hsEfTwj_AnuYd507oC8EcuL83uDDFP2Xp8f30EOO4d9UBsjy1dcqr5UYld2yi5vv_1RN6/s320/debeverse.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: debeverse.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;">...Era una tarde mustia de finales de
julio. Un sol abrasador perlaba de sudor las frentes de las numerosas personas
que se habían dado cita para asistir a la trágica ceremonia. Durante unos minutos
permanecí distante, casi ausente, de aquella directísima relación que me unía a
aquel acto de pesadilla. Tan turbado me sentía, que tenía la sensación de que
todo aquel asunto no iba conmigo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Ojeé en mi entorno, un poco
sobrecogido por la multitud que nos rodeaba a mi familia, al sacerdote y a mí.
Aquí y allá, el sol arrancaba destellos del pulcro mármol de las lápidas. Algunos
cegaron mis pupilas.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
El sacerdote pronunció la última
plegaria. El ataúd, prendido de una fuerte cuerda, descendía lento e inexorable
hacia el fondo de la fosa. Instantes después, el impacto de la primera palada
de tierra sobre la tapa del féretro —¡Cielo santo, qué pequeño era!—, produjo
un golpe seco y sonoro que quebró con violencia el silencio vespertino. El
sonido tuvo, además, la virtud de hacerme estremecer, sacándome de mi abstracción.
Con un gesto casi mecánico miré a mi esposa y vi la desesperación en su rostro;
mi suegra, situada a su lado, compartía el mismo estado de ánimo. Fue entonces
cuando volví a tomar conciencia de lo que ocurría. Y un dolor lacerante,
abrasivo, me atravesó el corazón como una flecha incandescente. El aire pesado
de la tarde se me hizo sofocante, casi irrespirable, y me dejé arrastrar por la
inercia de una situación que me empujaba hacia el mismo centro del infierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La fosa fue llenándose de tierra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Después, algunas palmadas en la
espalda, unos apretones de manos y no menos palabras de pésame y consuelo, nos
fueron anunciando que la multitud se diluía. Un rato más tarde, solo quedábamos
mi esposa, su madre y yo. Bueno, tengo que decir que también estaba Pablo;
pero…, cuando volviéramos a casa, él no vendría con nosotros. ¡Cielo santo, yo
no sabía si podría soportarlo!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Aquella noche, nadie en casa fue capaz
de ingerir alimento alguno, y dudo mucho de que alguien consiguiera dormir. En
lo que respecta a mí, no me fue concedido el privilegio de conciliar el sueño
ni un solo minuto durante toda la noche. Y en aquellas largas horas de
insomnio, mi mente, a título de homenaje póstumo, fue representando con todo
lujo de detalles la última etapa de la historia de mi vida, de esa parte de mi
historia en la que tan importante papel había jugado la presencia de mi hijo
Pablo...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-75010231811318062552017-01-01T00:36:00.000-08:002017-01-01T00:36:14.677-08:00¿HAS VISTO A MANUELA?<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga5GkTjhOD9I7xdPIGzwLCK-NIK6_iEY9OpoBZSvEo9DFvgXQ7BStTNWgsMXu-hXkv0sFaCZEGmApqEKsqPvM8c7FCXWwIrOMxJYWIn2aZsXCMIibUkZ0WK5ThHWlW8mdEnYrXEvKnSKr5/s1600/tarina.net.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga5GkTjhOD9I7xdPIGzwLCK-NIK6_iEY9OpoBZSvEo9DFvgXQ7BStTNWgsMXu-hXkv0sFaCZEGmApqEKsqPvM8c7FCXWwIrOMxJYWIn2aZsXCMIibUkZ0WK5ThHWlW8mdEnYrXEvKnSKr5/s320/tarina.net.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: tarina.net</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;">...Llegué a casa bastante tarde, y
debo reconocer que no alcancé a descubrir la alegría que debía despertar mi
presencia en el ánimo de mis padres, al menos así lo pensaba yo. Era indudable
que existía un problema. También, que no tardaría mucho tiempo en enterarme de
lo que estaba pasando.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Es esa amiga tuya, Claudia —dijo mi
madre como si me acusara de algo que en aquellos momentos ignoraba—. Va por
ahí, de noche, recorriendo las calles y deteniéndose a tocar en cada casa. Está
haciendo insoportable la vida en este pueblo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Qué me estás diciendo, madre? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Me cogió por los hombros al ver mi
estado de asombro y me zarandeó para que pusiera atención a sus palabras. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Tú eras amigo de ella. ¡Intenta
liberar al pueblo de esta maldición!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Por el amor de Dios, madre, no
entiendo lo que me estás diciendo! ¡Ella está muerta! Tú misma me lo dijiste
—sin darme apenas cuenta, fui elevando el tono de voz a medida que la ira
crecía dentro de mí—. ¿Es que no la vais a dejar nunca descansar en paz?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Esta noche entenderás lo que estoy
diciendo —sentenció.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
No se puede decir que aquella primera
cena estuviera presidida por la alegría que se espera en unos padres que acaban
de recibir la visita de su único hijo, que reside en el extranjero. Estábamos
los tres cabizbajos y sombríos. Ellos, porque había un problema; yo…, bueno, lo
único que alcanzaba a ver era le existencia de ese problema, pero ignoraba por
completo en qué consistía. Me tenían la cabeza llena de no sabía qué extrañas
historias, que solo lograban confundirme y generar en mí la idea de que todos
estaban locos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Por lo que puedo recordar, sería en el
momento de los postres cuando escuchamos unos golpes en los cristales de la
ventana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Dios mío, es <i>ella</i> —dijo mi
madre apenas en un susurro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Les miré uno por uno y vi sus rostros
blancos como la nieve.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Están llamando, madre —dije,
asombrado por sus reacciones—. ¿Qué es lo que está pasando?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Es <i>ella</i> —la voz de mi padre,
casi inaudible, siseó en el aire como si fuera premonitoria de la peor de las
calamidades. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Confundido por aquel extraño
comportamiento, me levanté y fui hacia la ventana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Por lo que más quieras, Pedro,
vuélvete! ¿No nos has oído? ¡Es <i>ella</i>!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Estáis todos locos de remate! <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Dispuesto a no perder más tiempo con
lo que a mí se me antojaba casi un juego de niños, descorrí el visillo de la
ventana. La estampa que vi inundó mi mente de una abominable comprensión. De no
haberla visto frente a mí, jamás lo hubiera creído. <i>¡Ella estaba allí!</i>,
haciendo frente al frío glacial de aquella noche de perros, como nacida de esas
horrendas historias que se cuentan al calor del hogar en las largas noches de
invierno. Un chal negro colgaba de su cabeza, medio ocultando sus rasgos
aniñados, un delantal del mismo color, raído por el uso, y una bata oscura, más
antigua que la misma aldea, constituían el resto del atuendo que yo alcanzaba a
ver desde el interior de la casa. No me costó ningún esfuerzo imaginarla con
unas enaguas blancas, rematadas por una puntilla fina y descolorida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Corre el visillo, Pedro, y vuelve a
la mesa —decía mi madre, y su voz me llegaba lejana y casi irreal.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Durante unos segundos observé los ojos
negros e implorantes de Claudia, sintiendo como un viento frío que me recorría
la espalda. No vi calor en ellos, ni en aquella trágica mirada suya, imposible
de confundir, como imposible de entender me resultaba descubrir aquel trasfondo
de indiferencia que apreciaba en sus pupilas, y que no mitigaba en absoluto la
presencia de las sensaciones ya mencionadas. Me quedé clavado mirando sus ojos,
sintiendo que el escalofrío mortal que me recorría la espalda se extendía al
resto de mi cuerpo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Sus labios pronunciaron unas palabras
que yo no alcanzaba a oír.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Madre —atiné con torpeza a balbucear,
volviendo la cabeza hacia ella—, me está… hablando. ¿No decíais que había
muerto?...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-42787601032512717222016-12-25T07:40:00.000-08:002016-12-25T07:40:07.588-08:00CENA DE NOCHEBUENA<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeWJVlxNDhk9T2WkKy8ZjVgvd6ixG6AkeYA5gWOyskiZEOuAP9JwS7_Jc0j5p1WWnZB8IsjoX8gXKurlRkzi6wCWEdYIlN3xznTaoio60VTv7qR47zp0jgRK9gL2WeyoAIQDG-NnV5awXk/s1600/es.123rf.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeWJVlxNDhk9T2WkKy8ZjVgvd6ixG6AkeYA5gWOyskiZEOuAP9JwS7_Jc0j5p1WWnZB8IsjoX8gXKurlRkzi6wCWEdYIlN3xznTaoio60VTv7qR47zp0jgRK9gL2WeyoAIQDG-NnV5awXk/s320/es.123rf.com.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;"><br /></span>
<span style="text-indent: 36pt;">—Papá —dijo David, mirando a su padre
con ojos de súplica—, ¿vendrá mamá a cenar con nosotros? Tengo muchas ganas de
verla.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Pedro se acercó al niño, se agachó
junto a él y le apretó con fuerza. En todo momento procuró que su hijo no viera
la angustia en sus ojos, aquellas lágrimas que brillaban como perlas en sus
pupilas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—No creo que... que pueda, hijo mío.
No va a ser posible.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—No seas pesado —intervino Aurelia,
que en esos momentos entraba en el salón cargada de platos y cubiertos—; ya
sabes que está enferma. Cuando mejore, podrá venir a casa, pero ahora la están
cuidando en el hospital.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Eso es. Tu hermana tiene razón. Cuando
mejore le darán el alta y vendrá con nosotros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Pero se va a perder los regalos de
esta noche. Yo quiero ir a verla al hospital.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Lo siento, David, pero los médicos
han dicho... <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
No pudo aguantar más, y apartándose de
su hijo salió del cuarto, en un intento de que su llanto desolado no inundara
de tristeza la habitación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Por qué no me ayudáis a poner la
mesa? —inquirió Aurelia, ajena al episodio de dolor que vivía su padre.<br />
<a name='more'></a><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
En esos momentos, en otra parte de la
ciudad, una lápida de granito se deslizaba lentamente, dejando paso al vaho
sepulcral que encerraba. Y a algo más... La criatura se aferró al borde de la
sepultura y con movimientos lentos y pesados salió al exterior. Su silueta se
recortó confusa entre las brumas que cubrían el cementerio. Después caminó con
paso vacilante, dejando un reguero de gusanos y otros bichos que pugnaban por
devorarla. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
A medida que avanzaba, sus carnes ajadas
iban recobrando la frescura, la lozanía. Y sus movimientos se hacían más
ligeros, perdiendo con cada paso ese sonido de goznes oxidados que hería la
noche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Poco después, como caído del cielo, un
vestido estampado, sobrio y elegante cubrió su cuerpo, sustituyendo al sudario empapado
de fluidos y malos olores con que fuera enterrada. Después cayó sobre sus
hombros aquel abrigo de visón que tanto le gustaba cuando lo veía expuesto en
el escaparate. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Cuando tocó el timbre de su casa, iba
espléndida, fresca como una rosa. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Han llamado —gritó David—. Será la
abuela. Voy a abrir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Pedro sabía que no era la abuela; no
había invitado a nadie, ni acudido a las reuniones familiares que les
reclamaron. Quería estar a solas con sus hijos, protegerles de las escenas de
dolor que se producirían en aquella primera Nochebuena sin su mujer tras el
accidente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡David, espera!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Pero David no esperó.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Mamá, has venido! ¿Es que ya estás
mejor?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Mamá? —gritó Aurelia, y corrió como
una loca por el pasillo para abrazar a su madre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Pedro estaba apoyado en la mesa. Las
piernas le temblaban cuando vio a su mujer, con David en brazos y Aurelia
agarrada a su cintura, entrando en el salón. Estaba radiante. Y a Pedro casi se
le para el corazón cuando aquellos ojos claros le miraron, dibujando una
sonrisa que elevaba hasta lo sublime la belleza serena de aquel rostro
angelical.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Cenamos? —preguntó María.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Pedro tardó unos minutos en responder.
Se había quedado de piedra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Durante la cena no hubo preguntas. Los
niños estaban encantados con el regreso de su madre. Ella les sonreía
continuamente, como si tratara de convencerles de que todo estaba bien. Y Pedro...
Pedro no se creía lo que estaba viendo. No se atrevía ni a hablar, por si se
rompía el encanto y su esposa desaparecía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Más tarde, después de jugar con los regalos de Papá Noel, los niños se acostaron, felices por el regreso de
su madre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
María echó a caminar hacia la puerta
de la calle.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Ya te vas? —le preguntó su marido—.
¿No te quedas esta noche?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Mi función ha terminado. Lo siento.
Tengo que irme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Con los ojos llenos de lágrimas, Pedro
la vio marchar. La había tenido tan cerca, ¡tan... viva! Entró en el
dormitorio, sabiendo que el sueño le estaría vedado aquella noche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La ventana estaba abierta. Por ella
entró el vestido estampado que tanta ilusión le hacía a María estrenar aquella
noche en casa de su madre, junto a sus hermanos y demás familia. Detrás iba el
abrigo de visón que tantos meses de ahorro a escondidas le costó a su marido
adquirir, para que fuera el complemento ideal de aquella Nochebuena en que
anunciarían la próxima llegada de su tercer hijo, que se gestaba desde hacía
unas semanas. Pero aquel maldito atropello en el paso de peatones... <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Las dos prendas avanzaron solemnes. El
armario las acogió con orgullo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Poco después, en otra parte de la
ciudad, una lápida se deslizaba suavemente, hasta colocarse en su situación
original.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-21670636268616897162016-12-10T07:34:00.000-08:002016-12-10T07:34:55.468-08:00LA INVITACIÓN<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_65T46bL2iI7M4G4WHzDi3rGOo1yo2yldxj7F15hWrCOz2MLOdWTcRbpEmn_vRtgehs4MoiSHfboUHQhCv98TAqiha80SzRdYrkEGOyNF8JXJggRMBhrpqsYprte6jPm8un2rW6LQPSc4/s1600/todocoleccion.net.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_65T46bL2iI7M4G4WHzDi3rGOo1yo2yldxj7F15hWrCOz2MLOdWTcRbpEmn_vRtgehs4MoiSHfboUHQhCv98TAqiha80SzRdYrkEGOyNF8JXJggRMBhrpqsYprte6jPm8un2rW6LQPSc4/s320/todocoleccion.net.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: todocoleccion,net</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;">...—Oye... —dijo Enrique, tan de
improviso que le asustó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Qué…? ¿Qué dices? —preguntó Daniel.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Quiero que sepas que me caso a
finales del mes que viene. Me gustaría, si no tienes nada mejor que hacer ese
día, que vinieras a mi boda.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Si esto es una invitación formal,
iré.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Lo es, pero de todos modos te enviaré
una tarjeta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—De acuerdo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Tú también estás invitado —añadió
Enrique, extendiendo el brazo hacia atrás y golpeando la tapa del ataúd,
mientras observaba divertido la mirada de desaprobación que le dirigía Daniel—.
Que no se te olvide. Y disculpa que no pueda mandarte a ti otra tarjeta. La
verdad es que no sabría qué dirección poner en el sobre —concluyó riendo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿No crees que te estás pasando un
poco? —le reprochó Daniel. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Por qué? ¿Es que él no tiene derecho
a divertirse? ¿Te imaginas la que se iba a liar si se presentara en el
banquete? ¡Esa sí que iba a ser gorda! —volvió a reír mientras giraba la cabeza
hacia atrás—. Además, si te portas bien, después de que me haya casado podrás
ir a cenar a mi casa siempre que te apetezca. ¿Entendido? Allí te esperaré.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Daniel le miró, mostrando el disgusto
que sentía por sus burlas descaradas. Recordó la expresión, casi de
satisfacción, que había “visto” en el rostro del difunto. Por un corto momento
tuvo la certeza de que las palabras de Enrique podrían haber sido escuchadas.
Después se esforzó por quitarse de la cabeza estas ideas absurdas. En un gesto
instintivo, volvió a mirar hacia atrás. Los contornos del ataúd se veían
confusos en medio de la oscuridad. Cada vez que ponía atención, creía ver
moverse la tapa y sus oídos se llenaban de un ruido horrible, como de goznes oxidados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Enrique golpeó de nuevo la tapa del
féretro, ahora con más fuerza, y Daniel se sobresaltó, provocando las risas de
su compañero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Sí, hombre, te lo digo en serio. Te
espero en mi boda. No faltes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Las palabras de Enrique sonaban
irónicas e hirientes, y Daniel volvió a reprocharle su descaro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Enrique, por favor…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Tranquilo, muchacho. Te aseguro que a
este tío le va la marcha. ¿No has visto por el cristal, cuando lo hemos sacado
del tanatorio, la expresión que tenía? ¡Vamos, si juraría que se estaba riendo!
Además, tiene una pinta de ligón que no veas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Por favor, Enrique, ya está bien!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Tan repeinado —continuó Enrique como
si no le hubiera escuchado—. Con ese afeitado perfecto. Ese traje a rayas,
impecable; sin una mota de polvo, sin una arruga. Te apuesto lo que quieras a
que tiene una mujer guapísima. Me pregunto qué va a ser ahora de ella. ¿Quién
se encargará de hacerle… compañía? ¿Podrías decirme dónde puedo encontrarla?
—golpeó otra vez el ataúd—. De todos modos, tú ya no puedes hacer nada con
ella. Y será una pena que una mujer así se desperdicie. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Ya basta! ¿Quieres hacer el favor de
dejarle en paz de una vez? —bramó Daniel, mostrando su disgusto y elevando su
voz por encima de la de Enrique, del ruido del motor y de la música.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Enrique le miró, sorprendido y
divertido a la vez. Sus risas lo barrieron todo. Barrieron todo cuanto a nivel
físico se podía captar, pero dejaron a Daniel aislado. De pronto, este se dio
cuenta de que estaba a solas con el ataúd. Sintió como si entre el difunto y él
existiera una especie de vínculo, esa unión que surge entre dos personas a raíz
de sufrir los mismos problemas. No pudo evitar sentirse unido a él. En el
fondo, tanto uno como el otro, podían considerarse objeto de las estúpidas
bromas de Enrique. Y tuvo la sensación de que la tapa iba a abrirse de un momento
a otro y del interior del féretro saldría una mano helada que estrecharía la
suya, y con voz rota el difunto le diría: “Estoy contigo, compañero; gracias
por defenderme”. ¡Si eso ocurría…! ¡Si eso ocurría…!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Las risas de Enrique sonaban
estridentes, llenando todo el espacio. Histéricas, febriles, lejanas…, como una
emisora mal sintonizada...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-47200954724095258602016-11-26T00:28:00.000-08:002016-11-26T00:28:56.960-08:00EL CASTILLO HINCHABLE<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAsz8rijjbaD9Lb5T127Qii2g1wxQGcc9Xg-tfczJRBBXEdNCjvYtGjeVyppb4W6IhRABLCMmDDvJSBUMWTQklI7ZqDU8LFxsjDu2xcpDCKrPHmmE-dTAbpr-OY-a6o3ZZallTkVCD2dEF/s1600/hdfondos.eu.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAsz8rijjbaD9Lb5T127Qii2g1wxQGcc9Xg-tfczJRBBXEdNCjvYtGjeVyppb4W6IhRABLCMmDDvJSBUMWTQklI7ZqDU8LFxsjDu2xcpDCKrPHmmE-dTAbpr-OY-a6o3ZZallTkVCD2dEF/s320/hdfondos.eu.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: hdfondos.eu</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;">—Vamos a llegar muy tarde —se quejaba
Leandro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—No seas agonías —dijo Ismael mientras
le miraba divertido—. Vamos a la fiesta de cumpleaños de un niño, ¿qué más dará
que lleguemos una rato antes que después? Cuando inflemos las gomas y los críos
den cuatro saltos, todo estará tranquilo. Ya lo verás.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Pero
así no son las cosas. Estamos empezando, y si ya en los primeros trabajos nos retrasamos,
vamos a coger mala fama. Y ese es mal asunto con la crisis que atravesamos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Si
no te quito la razón, pero cómo voy a correr más con la niebla que hay. Además,
este camión es inmenso, y ya ves la carretera que llevamos, que apenas cabemos
por ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Si
hubiéramos salido antes…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ismael
le miró y le dio a la cabeza. En ese instante, oyó la voz desesperada de Leandro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¡Frena!
¡Por Dios, frena, que te lo llevas por delante!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ismael
giró la cabeza a tiempo de ver al sujeto delante del parabrisas. Pisó con fuerza
los pedales del freno y del embrague. Pero la figura desapareció por debajo del
frente del camión.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
conductor desplegó toda su habilidad en evitar que el vehículo se despeñara,
pues chirriaba circulando en eses de lado a lado de la calzada, hasta que se
detuvo en seco con un gruñido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Los
dos ocupantes se miraron uno al otro, con la desesperación pintada en el
rostro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Lo hemos atropellado —dijo Leandro
con un hilo de voz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿De dónde ha salido? —Ismael no salía
de su asombro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—No lo sé. Cuando me he dado cuenta,
estaba delante del camión agitando las manos. Vamos a bajarnos. Quizá esté vivo
todavía —diciendo esto, Leandro asió la manilla de la puerta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Espera —dijo Ismael, con aire
pensativo—. Con esta niebla no nos ha visto nadie. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Qué quieres decir con eso?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Piénsalo.
Si nos detenemos y pasa alguien y nos ve, vamos a tener un problema. Pero si
nos marchamos, a ver quién es el guapo que descubre al causante del atropello.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—No
estás hablando en serio, ¿verdad?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ismael
le miró a los ojos y movió afirmativamente la cabeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Pero
puede estar vivo. Quizá podamos ayudarle —insistió Leandro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Hemos
pasado por encima de él. Te aseguro que no está vivo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ismael
pisó el acelerador y el vehículo se puso en marcha.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¡No
me lo puedo creer!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Confía
en mí. Es lo mejor que podemos hacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Durante
el resto del viaje, Ismael empleó todo tipo de argumentos para justificar su
decisión de huir del atropello. Leandro permanecía mirando al frente,
reflejando en el rostro los remordimientos que sentía. Cuando llegaban a su
destino, Ismael le miró muy serio. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Ahora tenemos que permanecer
tranquilos, ¿de acuerdo? Que no sospechen que tenemos un problema. Aunque,
realmente, si los dos nos callamos, el problema no existe.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Leandro se limitó a dirigirle una
mirada envenenada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Ismael ignoró esta mirada y condujo
los últimos metros. A la entrada de la ciudad, como le habían dicho, estaba el
ensanche donde debían montar el castillo hinchable. Una pequeña multitud,
compuesta por dos docenas de niños y unas cuantas madres, cuyo gesto de
resignación expresaba que no podían contenerlos más, les hizo el recibimiento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Los niños gritaron eufóricos cuando
Ismael se apeó del camión y se acercó a saludar a la mujer que se adelantaba a
las demás. Sin duda, era la madre del niño que cumplía años. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Si
tardan un poco más en venir —le dijo la mujer a modo de saludo—, tenemos que
dejar el espectáculo para la hora de la cena. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Lo
siento, señora, es que…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¿Qué
es esto que sale de debajo del camión? —preguntó uno de los niños.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Todos
se volvieron a mirar el líquido rojo que se deslizaba junto a una de las ruedas
delanteras. Después se inclinaron para buscar, debajo de la cabina, el origen
de lo que parecía un hilo sangre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Las
mujeres se llevaran las manos a la boca al ver la destrozada criatura que se
veía encajada entre el eje delantero del camión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Leandro
propinó un fuerte codazo en las costillas de su amigo Ismael.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Conque
no se iba a enterar nadie, ¿no? ¡Maldita sea tu estampa!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-85291172444635023342016-11-12T00:30:00.000-08:002016-11-12T00:30:31.974-08:00EL VELATORIO<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNl1vunkK23HEkJpY35HBDkXmcsA2Y4IlssCJtp_-ECZwVjQMNRvKPTIhqZmgs7kUEU_Ut9LLwyN5Svvzc8T77DuACx3lAHiBrrq-K4T9Fba-n_4_1jvBB1KWhEZ47JJBszJCcojiXjJTm/s1600/pueblonuevosomostodos.blogstop.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNl1vunkK23HEkJpY35HBDkXmcsA2Y4IlssCJtp_-ECZwVjQMNRvKPTIhqZmgs7kUEU_Ut9LLwyN5Svvzc8T77DuACx3lAHiBrrq-K4T9Fba-n_4_1jvBB1KWhEZ47JJBszJCcojiXjJTm/s320/pueblonuevosomostodos.blogstop.com.jpg" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: pueblonuevosomostodos.blogstop.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;">...La verdad es que estaba cansado,
desvelado y solo. Aquel sentimiento de amistad que horas antes hubiera jurado
que me unía a Damián se perdía entre la masa gelatinosa en que se habían
convertido mis pensamientos en mi mente fatigada. Ya no veía a Damián como un
amigo íntimo, y mi presencia allí dejó de revelárseme como un acto de
generosidad, para convertirse en la fanfarronada propia de quien pretende hacer
valer su condición de hombre indispensable en situaciones delicadas, haciéndose
cargo de las circunstancias como si nadie más pudiera hacerlo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La voz de Sandra cortó estos
desvaríos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Mamá! ¡Mamá! —sus palabras llegaron
nítidas, retumbando en el silencio apacible de la casa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Mientras me recuperaba del sobresalto,
volví a oírla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Mamá! ¿Dónde estás, mamá?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Percibí en el tono de su voz un
profundo deje de tristeza. Y casi al instante comenzó a llorar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Mamá! ¡Mamá!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Aunque en esos momentos no pensé en
ello, más tarde me resultaría sorprendente que María no despertase con los
gritos de la niña. Al día siguiente me confesaría, con un asomo de
culpabilidad, que había tomado tranquilizantes para relajarse y poder
descansar. No la culpé por eso, ya que, por lo que pasó a continuación, fue lo
mejor que pudo hacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Fui a levantarme para atender la
llamada de Sandra, cuando una voz cavernosa sonó con fuerza en la misma
habitación donde yo estaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—<i>Ya voy, Sandra. ¡No llores!</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Quedé aturdido durante unos instantes,
sin comprender lo que ocurría en realidad, sin poder ni querer aceptar la única
respuesta que la lógica me ofrecía. Si estábamos dos personas en el interior de
la alcoba, y yo guardaba silencio…</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Mamá! —gritó Sandra de nuevo, y su
voz y su llanto se hicieron casi estridentes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Las reminiscencias de las palabras que
había escuchado momentos antes volvieron a mi mente, cargadas de una
premonición que me oprimió el alma. Los segundos siguientes me confirmaron que
mis temores no eran infundados. Oí un sonido como de algo que se desliza, ¡procedente
del ataúd! Miré con aprensión en esa dirección, y la aprensión se convirtió en
horror en estado puro cuando vi las manos de Damián, blancas como la nieve,
aferrándose a los bordes del féretro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Medio hipnotizado, me agarré con
fuerza a los brazos del sillón y me apoyé contra el respaldo, con el gesto
reflejo de quien prevé la inminencia de un accidente viajando a bordo de un
automóvil.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
El sonido persistía. Ahora había
derivado en una especie de murmullo como de astillas que se rozan. Y contemplé
atónito, presa del pánico, cómo Damián se incorporaba frente a mí en su lecho
mortuorio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La voz y el llanto de la niña
continuaban oyéndose, llenando la casa de tristeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Los labios de Damián dibujaron unas
palabras, que mis oídos recogieron en aquel tono cavernoso que tanto me había
alarmado segundos antes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—<i>¡No llores, hija mía! Ya voy.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Y fue.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
No se puede describir con palabras lo
que sentí cuando vi emerger aquella figura pavorosa y deslizarse fuera del
ataúd. Sus ciento noventa centímetros de estatura se alzaron ante mí como una
aterradora figura surgida del averno, ocupando todo el espacio, como si no
hubiera otra cosa en la habitación que no fuera aquel maldito engendro. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Su cara cérea, demacrada, con sus
grandes cejas blancas, contrastaba con la luz saludable que entraba por la
ventana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Caminó ante mí con pasos torpes, desmañados,
con pasos de muerto. Las manos caían flácidas a lo largo del cuerpo. De un
cuerpo marchito que en absoluto llenaba el traje de boda.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
No recuerdo si hice algún intento por
levantarme y salir corriendo, pero lo que sí puedo asegurar es que no llegué a
realizar movimiento alguno. El miedo que sentía era tan grande que anulaba por
completo mi voluntad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Oí unos pasos atropellados por el
pasillo, y la voz de Sandra, ahora más cerca...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-44040775601409340832016-10-29T09:36:00.000-07:002016-10-29T09:36:46.075-07:00TÚ Y YO, POR SIEMPRE.<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghn7OX5VoYEkLhzC_b-YgGEu0gu3XkWF5ecYUzuOq1fzDfn8XedDgBmf20VbzrE9RfoJuXta7BqQjNqlC4opJmcdX_2UqRYPHs5279T40XrpFabnxoE1fVxXkcs6sr0enXXJ4O1oYLTJHV/s1600/youtube.com.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghn7OX5VoYEkLhzC_b-YgGEu0gu3XkWF5ecYUzuOq1fzDfn8XedDgBmf20VbzrE9RfoJuXta7BqQjNqlC4opJmcdX_2UqRYPHs5279T40XrpFabnxoE1fVxXkcs6sr0enXXJ4O1oYLTJHV/s1600/youtube.com.jpeg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: youtube.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;">—Discúlpame, cariño, si no te he
tratado con toda la delicadeza que mereces, pero es que a veces los deseos se
vuelven incontrolables.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Julián se situó frente a la ventana
que daba al espacioso jardín. Se veía muy abandonado, pero a él le daba igual.
Casi podría decirse que le gustaba más así: lleno de hierbajos y arbustos sin
podar; la Naturaleza en estado puro. Incluso se veían flores de aspecto
delicado y bellos colores que no habrían estado ahí de haberse cuidado como
Dios manda. Ahora, bajo aquella fina llovizna y el cielo plomizo, tenía un
aspecto espectacular. Parecía que estuviera en plena selva, sin cortes
milimétricos, sin espacios bien delimitados, sin que cada planta ocupara su
sitio exacto, como nos gusta a los humanos, como si nuestra creación superara a
la que ha perdurado durante millones de años y que nosotros nos empeñamos en
destruir día tras día. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—No
sabes cuánto he ansiado este momento. El momento en que estuvieras conmigo, ahí
sentada, disfrutando como yo de este día maravilloso —continuaba diciendo de
espaldas a ella, contemplando la lluvia serena que caía sin cesar—. Me hizo
mucho daño que te enamoraras de Roberto, tengo que reconocerlo. Y que hicieras
planes de boda con él. Eso terminó casi por anular mis últimas esperanzas. </div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Calló
durante unos segundos, como si esperara que ella asimilara sus palabras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Pero
¿sabes una cosa?: más me dolió cuando te abandonó al pie del altar. Se podría
pensar que debería haberme alegrado por este hecho tan cobarde que protagonizó
el muy..., me callaré, porque no quiero decir lo que siento; no desearía herir
tu sensibilidad. De nuevo volvías a estar libre y, destrozada y humillada por
esta... canallada, me resultaría factible reavivar mis esperanzas, que no mi
amor, porque este continuaba intacto. Pero a pesar de eso no me alegré. Me
sentí triste. Porque te vi sufrir. Y te diré algo: por encima de todo quiero
verte feliz, aunque sea en los brazos de otro. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Un
nuevo silencio, solo roto por el goteo de un viejo canalón que salpicaba el alféizar
de la ventana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Debo
decirte que no soy ningún masoquista —prosiguió Julián—, pero es la verdad. Mi
amor por ti es tan sincero, tan profundo, que no pienso en otra cosa que en
verte dichosa; esa, necesariamente, es la llave que abre la puerta de mi
felicidad. Como es natural, mi deseo más ferviente siempre ha sido que esa
dicha que anhelo para ti la alcanzaras a mi lado. Por eso, cuando te vi tan
perdida, tan desamparada, sentí la imperiosa necesidad de tenerte. En el fondo
quería demostrarte que todo en esta vida no es sufrimiento, sino que a veces
tenemos la fortuna de que alguien se preocupa por nosotros. Todo lo he hecho
por ti. Porque te amo, y deseaba darte una nueva oportunidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Se
volvió y cogió la copa que tenía sobre la mesa. Bebió la mitad de un solo trago.
Y avanzó hacia ella, sonriente, con la sensación propia del que ha conseguido
todo en la vida. Se sentó a su lado. Y la
miró con los ojos extasiados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Jamás
en mi vida habría imaginado este momento: tú y yo, juntos por siempre. Aunque
tengo que reconocer que me ha costado lo mío traerte a casa. Pero ha valido la
pena. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Con
sumo cuidado, como quien limpia de impurezas el rostro de un bebé, retiró de su
vestido de novia la tierra que se le había pegado al sacarla de la sepultura
donde fue enterrada tras suicidarse por el plantón de su novio frente al altar.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Julián
apuró su copa y dejó que el veneno penetrara lentamente en su organismo. Luego
se dedicó a contemplarla. No le importaban su manos esqueléticas, donde las
uñas adquirían un protagonismo muy especial, ni ver su rostro consumido, con la
piel cuarteada como cuero seco puesto al sol, o aquellos dientes que se veían
enormes en una boca sin labios. Tampoco su color sucio, ceniciento. O aquellos
ojos, cuyas cuencas vacías se veían negras como la pez. Ni aquel enredado mechón de cabello, desprendido de su
cabeza, que reposaba ahora sobre el regazo. Solo le importaba que estuviera
allí con él, alcanzar juntos la eternidad, sentirla a su lado justo en su
último aliento de vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¡No
sabes cuánto te amo! —murmuró en un doloroso arrebato de sinceridad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Y
se aferró con fuerza a aquella boca podrida, que parecía sonreírle, en un beso
gozoso, que respondía a su última voluntad, porque en ese momento, en esa
posición, sus manos se crisparon y la copa se hizo añicos entre sus dedos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
sonido de los cristales al caer fue lo último que se escuchó en la habitación. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-58699655138501195382016-10-16T00:37:00.000-07:002016-10-16T00:37:13.614-07:00LA CARRETERA INFERNAL<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAGO6aYI1nQVGDW1b7tNQt0OeGf7g4K98jiDsOk90u8g0ceY2LCkH20qzi9-FZi8Q0qp65kk7F35FORSLFGz0KPWlekreG5QuW56XX3cHQZeWleAIQhuhy3FUi4DU16U6nzytXMJLyVBPH/s1600/youtube.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAGO6aYI1nQVGDW1b7tNQt0OeGf7g4K98jiDsOk90u8g0ceY2LCkH20qzi9-FZi8Q0qp65kk7F35FORSLFGz0KPWlekreG5QuW56XX3cHQZeWleAIQhuhy3FUi4DU16U6nzytXMJLyVBPH/s320/youtube.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía:youtube.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="text-indent: 36pt;">...Lo vio por el rabillo del ojo.
Aunque solo fue una visión fugaz, la sugerencia que podía extraer de la lógica
no se hizo esperar. Y esto hizo que la alarma saltara en su cerebro y golpeara
su mente con una fuerza demoledora. Se olvidó de los vehículos, del camarero y
de todo. Y toda la capacidad de su mente se concentró en aquel inocente balón
que rodaba descontrolado, llegando a la calzada. En los instantes siguientes,
la escena que había intuido se presentó con toda su crudeza. Un niño de corta
edad corría tras el balón, despreocupado, ajeno a la magnitud del peligro que
se le venía encima. David clavó sus ojos en él con una fuerza y una desesperación
vivas. Se diría que intentaba quitarlo de su camino con la sola fuerza de su
mirada. Pero su mirada no bastó, y el niño siguió corriendo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
De algún lugar de la terraza sonó un
grito desgarrado. En ese instante, bien alertado por el grito, o tal vez por el
rugido del camión, el niño giró la cabeza. Estaba justo enfrente de David. Sus
miradas se cruzaron en un momento agónico, desesperado. Por un segundo interminable
se quedaron solos en el mundo, frente a frente el reo con el verdugo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Los ojos del niño reflejaron su horror
con todo el dramatismo de saber que había hecho algo terrible e inapropiado,
ante lo que resultaba imposible retroceder, algo irreparable, que lo aproximaba
a toda prisa a su momento último.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
David vivió el instante sumido en la
soledad más angustiosa, consciente de que todo cuanto hiciera sería inútil.
Solo un infructuoso intento de cambiar un destino que se empeñaba en volverle
la espalda. De sobra sabía él que aquella situación marcaría un antes y un
después en su corta vida. Que le llevaba en volandas hacia un después horrible,
que de ninguna manera quería conocer. En cierto modo se sintió identificado con
el niño. Sus miradas se hicieron cómplices, porque ambos estaban seguros, por
encima de toda duda, de que un cambio radical, sin marcha atrás, iba a
producirse en sus vidas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Como era de esperar, el pedal del
freno fue impulsado hasta el fondo con una virulencia extrema. De esta forma,
David se aferraba con desesperación a la única posibilidad que tenía a su
alcance para evitar el fatal desenlace. Completó su acción dando un volantazo a
la derecha. El camión dio un giro brusco, pero tardío. Y el joven vio con
incredulidad cómo el niño desaparecía por la parte inferior del parabrisas.
Después, sin saber de dónde logró extraer la serenidad, se vio obligado a
rectificar la maniobra para no saltar por el precipicio. El camión dobló en el
momento justo, cuando el paragolpes rozaba la valla protectora, y se alejó de
la explanada, bamboleando de forma aparatosa en medio de un fuerte rechinar de
frenos y neumáticos. Al final se detuvo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Con dedos temblorosos y el corazón
latiéndole de manera febril, David paró el motor y se apeó del vehículo, y se
vio rodeado, casi asediado, por sombras siniestras y amenazantes. Miró hacia
atrás y no vio otra cosa que una oscuridad ominosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Su mente era una mole de confusión y
temor cuando subió al estribo del camión en busca de la linterna. Inspeccionó
palmo a palmo la calzada sin encontrar nada, ni niño, ni balón. Y la terraza se
presentó a sus ojos como un abismo negro y sobrecogedor. El poderoso haz de la
linterna abrió una herida en la oscuridad cuando barrió toda la explanada. No
vio coches. No había nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Y la siniestra fachada del Bar Rosa
proporcionó una nueva dimensión a su particular mundo de horrores. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Avanzó con paso lento, pisando los
pequeños cristales de hielo que comenzaban a formarse justo antes de clarear, y
que terminarían, más tarde, constituyendo una formidable alfombra de escarcha.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
El letrero con la inscripción del
nombre del bar se había desprendido de un ángulo y se balanceaba impulsado por
una brisa ligera que parecía arrancarle un lamento agónico y prolongado...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-22976536193443308892016-10-02T06:51:00.000-07:002016-10-02T06:51:57.458-07:00FEDERICO<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfV9WvXOcuDEsSCBybTzT-caPKEuWs75KiQSNOdx9AF5lTF59AM3-uGiMrl1d7uD2dcAb22aNh5oAtJ8hoSK7BxAvpZl_yxOAczYMheXUA_CgbrRF9VPW5RkzHGA3Cwnwv1eqIakBHqbal/s1600/jpeg+pinterest.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfV9WvXOcuDEsSCBybTzT-caPKEuWs75KiQSNOdx9AF5lTF59AM3-uGiMrl1d7uD2dcAb22aNh5oAtJ8hoSK7BxAvpZl_yxOAczYMheXUA_CgbrRF9VPW5RkzHGA3Cwnwv1eqIakBHqbal/s320/jpeg+pinterest.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: jpeg pinterest.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"> La
historia que hoy os cuento sucedió hace bastantes años en un pueblo de la
sierra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Era
una época en que la falta de vehículos y otros elementos que favorecen una
buena comunicación propiciaba que las personas se sintieran solas ante
cualquier problema que se presentara. Solo se tenían los unos a los otros en
esos pueblos aislados que jalonaban la asfixiante paz de las montañas. Por este
motivo, la gente era temerosa, consciente de su propia vulnerabilidad, y esto
hacía que la superstición aflorara en un mundo escaso de recursos para afrontar
su aflicciones, lo que les hacía sentirse pequeños y a merced de los avatares
de unos tiempos muy exigentes.</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Federico,
el panadero del pueblo, como tantos otros de su oficio, alimentaba el horno con
leña del monte, de ese pino que tanto abundaba. Como buen ciudadano, elegía los
árboles secos para no hacer daño al bosque, o, en su defecto, algunas ramas
bajas que cortaba con buen juicio, llevando a cabo un poda que el árbol
agradecía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Existía
un dicho que hacía referencia a los días festivos más señalados, "tres
días tiene el año que brillan más que el sol: Viernes Santo, Corpus Christi y
día de la Ascensión", o algo así. Eran días en los que no se debía
trabajar, solo se dedicaban a la oración y el recogimiento, a agradecer a Dios
por mantenerles con vida en un entorno hostil donde nunca llegaba ayuda de afuera.
También se permitía acudir a la taberna a echar un buen trago de vino.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Pero
aquel luminoso Viernes Santo, a Federico le pareció una bobada desaprovecharlo,
andaba justo de leña y ese día lo tenía libre, porque al siguiente tendría que
hacer dos hornadas para cubrir las necesidades del fin de semana. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Muchacho,
no vayas hoy —le advirtió su mujer al conocer sus intenciones—; es Viernes
Santo y podría pasarte algo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Eso
son tonterías mujer, cuentos de viejo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Haz
lo que quieras, pero no digas que no te aviso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Federico
aparejó la burra, cogió un hacha y partió para el monte. Eligió un ejemplar de
buenas dimensiones que había sido herido por un rayo, y trepó hasta las
primeras ramas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Y
empezó a cortar. Los golpes del hacha reverberaban en las rocas del profundo
barranco y volvían a él, como si el monte se quejara de la salvaje agresión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Al
poco de comenzar, oyó una voz en la distancia:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—<i>Federico, bájate.</i><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Sobresaltado,
el hombre miró a su alrededor, pero no vio a nadie. Hizo caso omiso de ese
requerimiento y siguió a lo suyo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—<i>Federico, bájate.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Igual
que antes, la voz parecía lejana, como si trascendiera la distancia y el tiempo,
como si no fuera de este mundo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Algo
inquieto, volvió a mirar, ahora poniendo la máxima atención. Allá, a lo lejos,
se veía un pastor con su ganado, pero estaba demasiado lejos para que su voz
llegara con esa claridad. Además, no percibía en él el menor signo de que estuviera
tratando de comunicarse. No vio a nadie más.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Dubitativo,
sin saber muy bien lo que hacer, levantó de nuevo el hacha y asestó el golpe.
La rama cayó por fin al suelo. Federico se regocijó y, por un momento, se
olvidó de la voz. Se cambió de rama y siguió cortando.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—<i>¡Federico, bájate! </i>—volvió a oírse, ahora en un tono más
exigente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
panadero miró hacia el pastor y vio que se alejaba, vuelto de espaldas. No
podía ser él, pero entonces, ¿quién era? Escudriñó palmo a palmo el terreno que
le circundaba, y cada piedra, cada árbol, cada sombra y matorral fueron centro
de su atención. Pero no vio nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ya
dudaba entre seguir o marcharse, aunque se inclinaba más por esta segunda
opción. Al final tomó una decisión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Termino
de cortar esta rama y me voy. No me entretengo más. De todas formas, está ya para caer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Levantó
el hacha y miró con atención el punto donde debía hundirla en la madera, a fin
de que el golpe fuera efectivo y se pudiera ir cuanto antes. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Pero
esta atención fue fatal, porque mirando el corte descuidó el recorrido de la
herramienta. Esta se enganchó en una rama que había algo más arriba y se desvió
de su camino. Y el corte afilado penetró con fuerza por el empeine del pie
derecho y solo se detuvo al llegar a la suela de la bota. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Federico
emitió un grito desgarrado que se propagó por el valle, mientras sentía, en su
extremidad lastimada, fluir el riego caliente de la sangre que brotaba a
borbotones.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Dolorido
y aterrado, el hombre bajó como pudo del árbol. Padeciendo dolores infernales,
se quitó la bota y arrojó al suelo la mitad seccionada del pie, después se desprendió de
la camisa y la ató al muñón con intención de detener la hemorragia. Tras
denodados esfuerzos, se subió a la burra. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Y
aquella mañana luminosa de Viernes Santo, Federico volvía para el pueblo, sin
leña, sin medio pie y llorando de dolor y de rabia por su torpeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-89463515730099808602016-09-18T01:03:00.000-07:002016-09-18T01:34:00.182-07:00CRIATURAS DE LAS SOMBRAS<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkX9Bl95e13szx8nFkDKB2TEgghOcpjpUYEKuU-mW4a2j-F5y3B3-F3cNMliFkfVlzajmhBOzGj3XF7NU3HGXJcbsd2wIcPRQrokocqF7vSo_EfJQVn8YgfKSn7p0xy3MukssVHxboe__a/s1600/revistavocesdelmisterio.wordpress.com.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="243" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkX9Bl95e13szx8nFkDKB2TEgghOcpjpUYEKuU-mW4a2j-F5y3B3-F3cNMliFkfVlzajmhBOzGj3XF7NU3HGXJcbsd2wIcPRQrokocqF7vSo_EfJQVn8YgfKSn7p0xy3MukssVHxboe__a/s320/revistavocesdelmisterio.wordpress.com.JPG" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen vía: revistavocesdelmisterio.wordpress.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="line-height: 150%; text-indent: 36pt;">...Otra vez, las criaturas misteriosas
de las sombras trataron de arrastrarlo consigo. Un terror frío lo paralizó
cuando comprendió el fin que perseguían.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Apareció una tercera figura desde la
oscuridad profunda de su conciencia. En la parte superior derecha de la frente
tenía una herida abierta, a través de la cual rezumaba parte de la masa
encefálica formando grumos, producto del aplastamiento de la caja craneal. Los
coágulos le tapaban el ojo y parte del pómulo. El resto de la cara, o lo que
quedaba de ella, estaba bañado en sangre que le goteaba sobre el pecho, detrás
de una maraña de pelo enredado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Con aquel ojo visible le dirigió una
mirada impersonal, indiferente, carente de vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Eduardo se estremeció de pies a
cabeza. A través del cabello enmarañado que medio ocultaba el rostro del recién
llegado, consiguió reconocer aquel ojo que le miraba sin emoción.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Unas ganas enormes de gritar hicieron
que un dolor irracional emergiera desde las profundidades de su pecho
acompañando al aire que portaba su voz. Y gritó. Logró que una mezcla informe
de voz humana y alarido desgarrado por el sufrimiento que sacudía todo su
cuerpo irrumpiera en su garganta con una fuerza desmedida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¡Silvia! ¡Oh, Dios mío, Silvia! <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Ella no prestó atención a sus palabras
y se unió a ellos, a los que le acosaban, a aquellos que, ya no le quedaba
ninguna duda, pretendían arrebatarlo a este mundo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<a name='more'></a> <span style="line-height: 150%; text-indent: 36pt;">Las tinieblas se disiparon con
incontenible virulencia y se llevaron consigo las tres siluetas. Y una luz
profusa iluminó todo el espacio, esparciendo en su entorno el trajín
atropellado de los que pugnaban por amarrarlo a la vida. Sentía su cuerpo
estremecerse, como si el dolor y la fiebre lo sacudieran, lo agitaran como una
marioneta en las manos de un demente.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Que alguien le administre un tranquilizante.
Esas convulsiones le van a producir daños irreversibles —decía una voz anónima,
que llegaba hasta sus oídos lejana, como enredada en los trinos de las aves que
poblaban el bosque. Estaba en un lugar paradisiaco, lleno de luz y de vida,
que, ironías del destino, se empeñaba en certificar su muerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Parece que ha nombrada a una chica
—decía otra voz, como si estuviera a mil kilómetros de distancia—. Buscadla. No
puede estar muy lejos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Las tinieblas descendieron otra vez a
su mundo limitado y sofocante. Apaciguaron el dolor físico que le agobiaba en
los momentos de lucidez, pero le dejaron solo, frente a frente con aquel
torbellino descontrolado de manos tirando de él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Silvia asumía más protagonismo y ahora
agarraba sus ropas con un afán que contrastaba con aquella mirada carente de
emociones que Eduardo captaba en su ojo visible.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La presencia de su novia, lastimada y
cubierta de sangre, intentando arrastrarlo hacia aquella monstruosa dimensión
que su cerebro a duras penas alcanzaba a intuir tras los denodados esfuerzos de
aquellas criaturas que parecían surgidas del averno, junto a aquella carencia
de sentimientos que manifestaban sus semblantes, lo reducía a un estado
depresivo de tal magnitud que se sentía falto de ganas para seguir luchando.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Se notaba vulnerable y liviano como si
flotara, como si el suelo se desvaneciera debajo de su cuerpo...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-1115606929506450512016-09-03T08:04:00.000-07:002016-09-03T08:04:57.607-07:00AMOR DE MADRE<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWznT0bgHcYTCvGy-KzLRKoCTrz1vw2pcp8qpmETw88IZb2FoLJAvU7-QBXaFEElIJDMn4ZVmQohyphenhyphenUMmSs6gPGoR_jhyphenhyphenbKUAE6EH1-Bm_MBuPRv0Lbbrb0pABWMOz4CR2Ac5PT9lLJZC2L/s1600/biograf%25C3%25ADasyvidas.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWznT0bgHcYTCvGy-KzLRKoCTrz1vw2pcp8qpmETw88IZb2FoLJAvU7-QBXaFEElIJDMn4ZVmQohyphenhyphenUMmSs6gPGoR_jhyphenhyphenbKUAE6EH1-Bm_MBuPRv0Lbbrb0pABWMOz4CR2Ac5PT9lLJZC2L/s320/biograf%25C3%25ADasyvidas.com.jpg" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: biobrafíasyvidas.com</td></tr>
</tbody></table>
<span style="line-height: 150%; text-align: justify;"> No
cabe duda de que el amor de una madre es lo más grande que existe. Es
desinteresado, no tiene horarios, ni momentos de debilidad. A una madre se le
puede pedir cualquier esfuerzo, que siempre estará ahí para corresponder en la
medida de sus posibilidades con una sonrisa en los labios.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
De
un padre también se puede esperar mucho, pero a diferente nivel. Ignoro si es
por el tiempo que el niño pasa en el vientre de la madre, quizá por los lazos
que se desarrollan mientras la lactancia, acaso porque cientos de miles de años
de evolución así lo han querido, o... vaya usted a saber por qué, yo no soy un
erudito en esto. Lo cierto es que entre ambos, madre e hijo, se establecen unos
vínculos que se proyectan en el tiempo hasta la eternidad. Basta con ver a un chaval
en una situación problemática, sobre todo si teme por su vida, para ver cómo la
primera palabra que evoca es <i>mamá</i>.
Algo querrá decir esto. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Siempre
he tenido una relación magnífica con mi madre. En particular, a partir de la
muerte de papá, que se produjo cuando yo era un renacuajo de cinco o seis años.
Él dejó un gran vacío entre nosotros, especialmente en mamá, que se volcó en mí
a partir de ese momento; creo que temía que pudiera ocurrirme algo y perder así
el único soporte que le quedaba en esta vida. Cuántas veces, abrazándome, la
habré oído suspirar: "Hay, hijo mío, eres todo lo que tengo en el mundo.
Si te pasara algo, no sé lo que haría".<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
También tengo
que reconocer que me ha protegido demasiado. Y esto propició que creciera
dentro de una burbuja que no me permitía relacionarme con plenitud con los
demás niños. Siempre la tenía encima. <i>No
cojas frío, no te subas ahí, no corras que te vas a caer...,</i> y mil cosas
por el estilo que hicieron de mí un muchacho débil y solitario que no estaba
nunca a la altura de lo que mis amigos esperaban de mí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Con
el paso del tiempo, su supervisión iba en aumento. Incluso recuerdo una conversación
que tuve con ella hace años, cuando mi juventud ya había pasado al recuerdo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Mamá
—le dije, con motivo de su preocupación por mi futuro, pues me echaba en cara
que no acertaba a la hora de elegir una pareja adecuada—, ¿qué pega le pones a
esta?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—No
sé, hijo mío, no acaba de gustarme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Que
voy a cumplir cincuenta años..., que se me está pasando el arroz...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Ay,
no me presiones. Con esas cosas no se corre. Además, hay mucho donde elegir. Si te
fijas, por cada viudo se ven quince viudas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¿Y
para qué quiero yo una viuda? No es que tenga nada en contra de ellas, pero si
pudiera ser soltera... <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¡Claro!,
y encima la querrás virgen, ¡no te fastidia!, con la edad que tienes ya.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—Es
que, mamá, con lo que me pides que les exija, no voy a encontrar novia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¿Y
qué si no encuentras? ¿Dónde vas a estar mejor que en tu casa y con tu madre?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Y
para todo es igual. A cualquier hora de la noche entra en mi dormitorio a
taparme, "para que no coja un resfriado", me dice. Cuando salgo de
casa, me pregunta veinte veces adónde voy, y me recomienda otras tantas que mire
por si me dejo algo olvidado...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Algunas
veces he pensado en irme de casa, pero estoy tan bien aquí... Está siempre tan
pendiente de mí, que parece no descansar ni de noche ni de día para que no eche
nada en falta, para que esté a gusto y no me aparte de ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Hoy
me siento generoso y le he traído un ramo de rosas rojas. Siempre le han atraído
estas flores. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Igual
que a mí me gusta ver su nombre en grandes letras doradas, <i>María Isabel Rubio Marín</i>, es precioso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Lo
que más me desagrada es lo que leo a continuación: <i>Fallecida el 3 de agosto de 1970</i>. Yo tenía 15 años por aquellas
fechas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-18359853457317044242016-08-22T08:06:00.000-07:002016-08-22T08:06:45.836-07:00SONÁMBULO<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlCkWa4agIMFPD3RZQwwtVL0JYQP2RfEd_o5BktUHZr-HQo0GDwud_-95K1z4QgvYiXb64Cl0ZqKizsQevy8Nlhw0OQgfgFgqoP-m_euLlqp5KMEsHbxv2WyMS4ETzlU-GQXR41XeFElde/s1600/ps3xlavena.blogspot.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlCkWa4agIMFPD3RZQwwtVL0JYQP2RfEd_o5BktUHZr-HQo0GDwud_-95K1z4QgvYiXb64Cl0ZqKizsQevy8Nlhw0OQgfgFgqoP-m_euLlqp5KMEsHbxv2WyMS4ETzlU-GQXR41XeFElde/s320/ps3xlavena.blogspot.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen vía: ps3xlavena.blospot.com</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<span style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36pt;">...una noche, al escuchar las pisadas
en el corredor, llegué hasta la puerta de mi habitación y la abrí a cuchillo.
No tenía frío, pero estaba temblando de miedo. El viento aullaba en el exterior,
ocasionando verdaderos estragos en los aleros de los tejados y ajetreando las
copas de los árboles. La lluvia arremetía contra los cristales de las ventanas
a ráfagas intermitentes y violentas. Vi a papá avanzar con paso lento pero
decidido. No se apreciaba bien si tenía o no los ojos abiertos. Todo estaba a
oscuras, a excepción hecha de un tímido resplandor que extendía una luz tenue
por la cocina, y que a través de cuya puerta, abierta de par en par, esclarecía
el pasillo. El resplandor se debía a la luz que entraba por la ventana,
procedente de una farola instalada en la acera de la calle. Papá iba de
espaldas a la luz. Diría que iba traspuesto, como si nada de lo que le rodeaba
le importase lo más mínimo. Parecía que obedeciera una orden superior a todo lo
que se puede solicitar en </span><st1:personname productid="La Tierra." style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36pt;" w:st="on">La
Tierra.</st1:personname><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Sentí un miedo terrible a pesar de no
ver con claridad la expresión de su rostro. Un miedo que se intensificó cuando
vi a mi abuela salir de su habitación e ir tras él. Llevaba puesta una bata
blanca que le caía hasta los pies. Su pelo estaba alborotado, y su cara, vieja
y arrugada, parecía contraída por una mueca de amargura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
</div>
<a name='more'></a>—¡Adónde irás, hijo mío! ¡Adónde irás
a estas horas! —dijo con palabras angustiadas—. ¿Es que no vas a descansar
nunca?<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Papá continuó caminando sin escucharla
a ella y sin verme a mí, abrió la puerta de la calle y se enfrentó a la noche.
Solo llevaba puesto el pijama.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La abuela se detuvo en el umbral.
Había dos escalones para salir al exterior y la calle le estaba vedada.
Después, giró en redondo y volvió a su habitación. Iba muy cabreada y hablando
por lo bajo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Tampoco se fijó en mí. Así que cerré
la puerta y volví a acostarme. Y permanecí despierto durante largo rato,
dándole vueltas a la cabeza, confuso y temeroso, sin saber qué era lo que ocurría
en mi casa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Bastante más tarde, no podría
determinar el tiempo que había transcurrido, oí de nuevo la puerta de la calle.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Me asomé otra vez al pasillo. Era
papá. Venía empapado y manchado de barro. Entró en casa. Ni siquiera se percató
de mi presencia cuando pasó junto a mí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Fui a decir algo, pero no me atreví.
De modo que me refugié en mi cama, sintiendo que una mano enorme me oprimía el
pecho hasta impedirme respirar. Los monstruos de mis sueños rodearon mi lecho,
amenazantes y siniestros, y en silencio me eché a llorar...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-52220857010774835502016-08-06T00:09:00.000-07:002016-08-06T00:09:58.765-07:00EL ARROYO MALDITO<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWjf_i43kUTwlCE3XnnJy-b2JKGXiQEhsJMTHC3kHFMQKxVbgtIYcGuADBvqYgmNb3PveN0t3izBT0wTpTVXP4X1f41gk0SWxRShjc0_CX9_HNeieRhxUmlv2zUkS1ginnz1nARLQ81pGR/s1600/eurvi.com.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWjf_i43kUTwlCE3XnnJy-b2JKGXiQEhsJMTHC3kHFMQKxVbgtIYcGuADBvqYgmNb3PveN0t3izBT0wTpTVXP4X1f41gk0SWxRShjc0_CX9_HNeieRhxUmlv2zUkS1ginnz1nARLQ81pGR/s320/eurvi.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: eurvi.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"> Es
indudable que a veces los niños pueden ser muy crueles. Basta que algo se les
meta entre ceja y ceja para llegar hasta el final, sin importarles las
consecuencias que sus actos puedan tener. Parece que el sentirse niños es una
capa demasiado grande que lo cubre todo, dejándoles libres de
responsabilidades. Vamos, que les da igual un ocho que un ochenta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Mi
infancia transcurrió en un pueblo pequeño. En aquella época formaba parte de
una pandilla de seis o siete chavales. Merodeábamos por los alrededores, alborotando
todo lo que nos salía al paso. Igual expoliábamos un nido que dejábamos sin
renacuajos un tramo del arroyo que corría más abajo del pueblo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
En
nuestra pandilla venía Amador. Patoso, entrado en carnes, con gafas de culo
vaso..., era el típico crío que se pasa el tiempo mirando cómo juegan los demás
porque estos no ven la forma de integrarle. Cuántos ratos se pasaría llorando
porque nadie le elegía en el fútbol ni en ningún otro juego que exigiera un
mínimo de habilidad. Bastaba con que te tocara ir con él para que se te
quitaran las ganas de jugar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
No
recuerdo por qué la liamos aquella tarde. Sería una de sus torpezas. Lo cierto
fue que tuve una fuerte discusión con él y le dije que cuándo nos iba a dejar
en paz de una maldita vez. Él se marchó cabizbajo, llorando, y los demás
empezamos a reírnos, pensando que nos lo habíamos quitado de encima para siempre.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Y así
fue. Cuando más tarde llegamos al pueblo, su madre nos preguntó por él.
Nosotros no sabíamos qué decirle. Pero ella no lo necesitaba, porque estaba al
corriente de lo que pasaba con su hijo. Se emprendió la búsqueda de inmediato.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Encontraron
su cuerpo, ahogado, encajado entre dos piedras, en el fondo del río. Por lo visto
había caído y las rocas le aprisionaron convirtiéndose un una trampa mortal.<span style="line-height: 150%;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
</div>
<a name='more'></a> Era
hijo único de una madre soltera que, en aquellos tiempos, se lo tuvo que currar
de lo lindo para sacar a su hijo adelante, puesto que sus padres la habían
echado de casa al saber que estaba embarazada. Del padre de la criatura nada se
supo. Se decía en el pueblo que argumentaba que "mucho cargo era ese por
un rato bueno, que él no la había obligado a ella a nada". Y otras barbaridades
por el estilo. <o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Esto
provocó que la unión con su hijo fuera tal que no pudo soportar su muerte. Y
entró en una depresión que acabó con ella, pues una tarde, justo cuando se
cumplía un año del fallecimiento de Amador, la encontraron ahogada en el mismo
sitio que murió su hijo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Hace
ya bastantes años de esto. Se dice en el pueblo que algunas noches, en torno a
la fecha de las muertes, si alguien se atreve a asomarse a ese tramo de río,
les ve a los dos bañándose en la charca que se forma justo debajo y riendo a
carcajadas, como si hubieran encontrado tras la muerte la tranquilidad que no
tuvieron en vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Yo sé
que no son solo rumores. Y tengo sobrados motivos para pensar así. De hecho,
mis amigos y yo, o sea, el resto de la pandilla al completo, comenzamos a ver
visiones nada más morir la madre. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Ahora
soy el único que queda. Ellos, atraídos por los cánticos que se oyen en el río,
fueron ahogándose uno a uno a lo largo de los años. Todos en el mismo sitio. Y
en la misma fecha.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Todos
menos yo. No sé si porque no me dejo hechizar, o quizá porque fui el desencadenante
de este nefasto asunto, lo cierto es que parece que tengo reservado un final
distinto. Y es que tengo que decir que cada noche, cuando pienso que voy a
encontrar un poco de solaz al acostarme, al fondo del dormitorio oigo una
especie de desesperante chapoteo. No importa el tiempo que lleve pasando esto,
siempre ofrezco la misma respuesta, quizá aquí sí que esté hechizado: miro
hacia abajo, a los pies de la cama, y veo unas manos descoloridas y esponjosas,
chorreando agua y algas, que se agarran con fuerza al mueble, y me mueven. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
En
esos momentos siento un ahogo infernal, como si estuviera pataleando debajo del
agua, pero mis sentidos siguen firmes en una dirección, y veo aparecer tras el
respaldo de la cama dos cabezas con el pelo aplastado por la humedad, los
rostros medio cubiertos de algas y los ojos, devorados por los peces, dejando
al descubierto unas cuencas oscuras como pozos, insondables.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Y
parecen llamarme, expresando una sonrisa odiosa en sus bocas de labios
putrefactos. Entonces me despierto, o no, porque a veces me ocurre antes de haberme
dormido. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Así
es mi vida: noche tras noche sin descansar. Muchas veces pienso en el arroyo.
No es que me atraiga, pero sé que solo allí podré hallar la tranquilidad que
nunca llega.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Lo
peor de todo es que aún faltan algunos meses para el fatídico 31 de agosto. Ya
estoy deseando que llegue.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-73880288561536623672016-07-30T00:11:00.000-07:002016-07-30T00:11:33.176-07:00EL ÁNGEL DE LA GUARDA<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxTvcLNsfDll5Mbr6JaGurS32ocDz8Wrs-QOfyHyjFGzizycHk-Ak02_pUG_pUnsDaa3-xv5ss9gO9V9Xml5TLwIyoJBInmoqw8DHRyYvafGZMAl52SLA1f0-CJUM3ovNmbHYqJjU_UFRa/s1600/fancueva.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxTvcLNsfDll5Mbr6JaGurS32ocDz8Wrs-QOfyHyjFGzizycHk-Ak02_pUG_pUnsDaa3-xv5ss9gO9V9Xml5TLwIyoJBInmoqw8DHRyYvafGZMAl52SLA1f0-CJUM3ovNmbHYqJjU_UFRa/s320/fancueva.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: fancueva.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="line-height: 150%; text-indent: 36pt;">...La voz maquinal de María seguía
llenando todo el espacio, como si el universo entero girara en torno suyo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Ya no hubo boda, tampoco finales de
carrera, ni niños más tarde…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Después fue remitiendo el hedor. No
del todo, pero sí lo suficiente para permitir una atmósfera que pudiera
respirarse. Giré la cabeza, con miedo a descubrir un nuevo cambio en el aspecto
de María. En efecto, no paraba de transformarse. Ya se había deshinchado y
presentaba una apariencia mustia. Los tendones del cuello sobresalían como
cuerdas tensas. Sus carnes se estaban consumiendo y las primeras arrugas hacían
acto de presencia. Volví la vista a la carretera. Ella seguía oyéndose hablar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Mi madre también tenía ilusión con la
celebración de mi boda. Siempre decía que hacíamos buena pareja. Incluso tenía
una foto nuestra encima del televisor. Se debió de quedar muy triste. Las
locuras, por desgracia, a veces cuestan caras, y no solo afectan a quienes las
comenten, los que les rodean también pagan un alto precio por algo en lo que no
han intervenido. No lo olvides nunca, cuando caemos, casi nunca lo hacemos
solos, arrastramos en nuestra caída a todos aquellos que nos quieren. Si
dejáramos de ser tan egoístas, si pensáramos alguna vez en los demás,
evitaríamos muchos momentos amargos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Le eché una mirada por el rabillo del
ojo. No me atrevía a verla cara a cara. Su aspecto, siempre cambiante, podía
ofrecerme horrores inimaginables. Por encima de todo existía aquella
proximidad. ¡Estábamos a solo unos centímetros uno del otro! </div>
<a name='more'></a>Resultaba horrible
observar aquellas transformaciones justo a mi lado. Lo peor de todo, pienso yo,
era ver aquella boca muerta pronunciar su discurso cargado de razón con su voz
rota y hueca. Y es que estaba en lo cierto en todo lo que decía. ¡No teníamos
derecho a jugarnos la vida sentados al volante de un vehículo, hartos de drogas
y alcohol! Nuestras familias sufrían en silencio, esperando nuestra vuelta, mientras
nosotros nos divertíamos, ajenos al ambiente de desconfianza y temor que generaban
en nuestros seres queridos estas alocadas salidas nocturnas. Y ella, María,
tuvo que regresar del más allá para hacérmelo comprender a mí. ¡Y de qué
manera, Señor! ¡De qué manera!<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Su aspecto presentaba ahora una imagen
fantasmal. Sus carnes se habían disipado por completo, se diría que solo
quedaba la piel pegada a los huesos. El ojo izquierdo, ya marchito, reposaba en
su regazo. Bajo la falda se apreciaban unos muslos delgados, así como los
brazos, que caían tristes y escuálidos. El pelo de la cabeza parecía haber
crecido y se veía desgreñado y sucio. También el bello de los brazos se hizo
visible, y las cejas y pestañas, que ahora unos centímetros más largas
acentuaban la profundidad de las cuencas oculares, que parecían más grandes. El
ojo derecho, el único que permanecía en su sitio, bailaba como una canica en el
interior de un gua. ¡Y había que ver las uñas! Crecidas en exceso, daban a las
manos la apariencia de garras monstruosas...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-71427421171062048022016-07-23T01:29:00.000-07:002016-07-23T01:29:04.890-07:00LA PIEDRA DEL MIEDO<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqFceDgmtLay3FeykoEU7pOHCu0TmwjYm78PFhbXmwhGr0tkaNvny7ByX_jtlLPrGwj-ooidS7106nKLgVjKu3JJwSOLJ_F0xIwgm77K9AlFNuWN2JEO6djG0pHGK_Uv9RlXP4Mr_oxepZ/s1600/pinterest.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqFceDgmtLay3FeykoEU7pOHCu0TmwjYm78PFhbXmwhGr0tkaNvny7ByX_jtlLPrGwj-ooidS7106nKLgVjKu3JJwSOLJ_F0xIwgm77K9AlFNuWN2JEO6djG0pHGK_Uv9RlXP4Mr_oxepZ/s320/pinterest.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: pinterest.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Cuenta
la leyenda que en un pueblo de la Sierra de Alcaraz existe un lugar que se denomina
La Piedra del Miedo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Debo
reconocer que la fuente de donde procede mi información quizá no sea muy fidedigna.
Pero todos sabemos lo que ocurre con las leyendas, que se van alterando con el
tiempo y, sobre todo, con el boca a boca, que las distorsiona a medida que cada
cual les aporta matices de su propia cosecha y, al final, el resultado difiere,
y mucho, de la historia inicial. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
No
hay que olvidar que a veces un simple chisme, a fuerza de repetirlo acaba por
convertirse en realidad, y con el paso del tiempo, en leyenda. Somos así de
especiales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Con
esto quiero decir que los que conozcan la historia quizá encuentren puntos muy
distintos a la idea que tienen de ella. De ser así, desde aquí les invito a que
nos cuenten su versión, porque, sea cual sea la realidad, no tiene desperdicio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Al
parecer, La Piedra del Miedo se encuentra en un paraje próximo al pueblo, junto
a un camino por donde antiguamente las gentes del campo pasaban para ir a
atender sus tierras o sus ganados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
La
historia data de los tiempos en que aún no se conocían los vehículos a motor,
de modo que las personas iban a pie, o montadas en bestias de carga, o en carromatos
antiguos. Es decir: que su paso era lento y permitía un pleno contacto con las
sensaciones que la profundidad de la noche, tras un día agotador, podía
transmitirles. Sobre todo en una época en que la gente no estaba tan instruida
como ahora y era más vulnerable a los embrujos de la noche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Poco
después de anochecer, un joven que venía de apacentar su ganado pasó caminando
junto a La Piedra del Miedo, una roca escabrosa, dentada, que parecía un
monstruo agazapado entre las sombras nocturnas. </div>
<a name='more'></a>Comenzaba a dejarla atrás,
cuando un ruido extraño llegó a sus oídos. Era una mezcla horrorosa de pasos y
murmullos, como si alguien o algo le siguiera, murmurando a sus espaldas. <o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
muchacho, que había sido advertido sobre las cosas raras que pasaban en el lugar,
se detuvo algo asustado y echó un vistazo hacia atrás. No vio a nadie. Solo las
sombras profundas de la noche que le sumían en una soledad opresiva.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Se
volvió de nuevo y echó a caminar hacia el pueblo, ahora apretando el paso.
Enseguida, los ruidos y cuchicheos saltaron sobre él, asediándole, mientras
sentía que el miedo se aposentaba en su interior a su libre albedrío.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
corazón empezó a retumbarle en el pecho mientras la desenfrenada algarabía le
rodeaba. Algo parecido a un ente maldito que reivindicara su derecho sobre el
lugar, como si deseara expulsarle de sus dominios.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
joven tropezó y cayó. Y, como por ensalmo, el ruido desapareció. Mientras se
levantaba, miró a su alrededor. Nada. Solo una oscuridad tediosa que casi se
podía palpar. Pese al silencio, algo en su entorno parecía oprimirle el pecho,
algo siniestro que le excluía, que no le quería allí. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
A
lo lejos, las primeras reminiscencias de una iluminación deficiente señalaban
con desesperante<span style="color: red;"> </span>timidez la ubicación del
pueblo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Un
suspiro de alivio brotó de la garganta del joven. Y partió a toda prisa hacia
su casa. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Los
ruidos volvieron a arremeter. Una mezcolanza de suspiros, sollozos, carcajadas
histéricas, gritos desgarrados, pasos atropellados... conformaban una barahúnda
infernal.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Cuanto
más corría el joven, más cerca y más fuerte oía los ruidos. Cuando aminoraba la
marcha, aumentaba aquella opresión que apenas le permitía respirar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Al
fin, al borde mismo del desmayo, vislumbró la puerta de su casa. Un último
esfuerzo, un último aliento y agarró la aldaba que le permitía buscar la
protección del hogar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¿Qué
te pasa, hijo mío? —le preguntó su madre, asustada, al verle entrar con
aquellos sofocos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¡Me persiguen madre, me persiguen!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—¿Cómo
que te persiguen? ¿Quién?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
joven no dijo nada. Entró directo a su dormitorio y se arrojó sobre la cama,
con las manos apretadas contra el pecho.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Asustada
y confusa, la madre se asomó a la puerta de la calle. No vio a nadie, ni el más
leve indicio que confirmara los temores de su hijo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
—En
la puerta no se ve a nadie —murmuró entrando en el dormitorio del muchacho—.
¿Quién te per...?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Su
voz se quebró al ver la postura de su hijo. Se acercó a él, con el corazón saltándole en el pecho. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Emitió
un grito desgarrado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El
joven estaba muerto. Había fallecido de un infarto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-87419890533740992822016-07-16T03:51:00.001-07:002016-07-16T03:51:46.474-07:00ALMAS ERRANTES<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilrxjhbUU0RL6nsCNX_IL4vNKvezho3aNyYYii_isgrXUMjcRjJeKRbjM2FRsQfjNXGbnhIT2LlJ9XD5nEerj2IQYWIbX6xSXCqGZ1iMApSUhIANEM66DUNtg-4tUwOuDAy8Aeo_EeTXx0/s1600/es.ign.com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilrxjhbUU0RL6nsCNX_IL4vNKvezho3aNyYYii_isgrXUMjcRjJeKRbjM2FRsQfjNXGbnhIT2LlJ9XD5nEerj2IQYWIbX6xSXCqGZ1iMApSUhIANEM66DUNtg-4tUwOuDAy8Aeo_EeTXx0/s320/es.ign.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"> imagen vía: es.ign.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
...Ambos se asomaron al pasillo que
recorría la planta a lo largo. Una iluminación discreta, que no interfería en
el descanso de los enfermos, permitía a los ocupantes del hospital caminar con
libertad. También facilitaba la visión de cuantas personas y objetos había en
él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Y no puede decirse que fuera un alivio
para Israel poder ver con claridad a la gente que deambulaba por el corredor.
En primer término, recostado en un asiento de cuatro plazas, vio un hombre que
parecía dormitar, desmadejado y ajeno al escaso bullicio existente a esas horas
de la noche. Iba ataviado con el uniforme propio del hospital. Estaba de
espaldas, por lo que Israel no podía determinar el estado físico de su rostro,
aunque no se le pasó por alto que mostraba un ligero aplastamiento en el
cráneo, en la zona del cogote, por donde aparecía una especie de grumo blanco
que le puso los pelos de punta. Miró a “su compañero”, como buscando una explicación,
si la había, del estado de aquella presencia muda que yacía en la penumbra, y
este se encargó de la correspondiente aclaración.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Ese hombre murió de un golpe en la
cabeza que se produjo aquí, en el hospital.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—¿Qué me está usted contando?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Una tarde vino acompañando a su
esposa, que había cogido la gripe y fue ingresada con el fin de hacerle unas
pruebas porque padecía del pulmón. Estando aquí, aquella noche él sufrió un
desvanecimiento, pero por lo visto el personal de guardia “estaba demasiado
atareado” y tardó una eternidad en atenderlo como la situación requería.
Mientras esperaba esa atención que tanto se retrasaba, le dio otro mareo. Al
caer, se golpeó la cabeza con el soporte de un asiento, y cuando llegaron los
médicos ya era tarde. Ya era portador nocturno de las vergüenzas del hospital.
Igual que lo soy yo.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Israel tenía una vaga intuición acerca
del significado de las palabras del horrendo ser que se empeñaba en servirle de
guía aquella noche, pero no se atrevía a tenerlas ni en la más mínima
consideración, porque ello indicaba que estaba penetrando en un mundo demencial
que, aun sintiéndose limitado de facultades tras la operación y la escasa
oportunidad de descansar que había tenido, algo en su interior rechazaba de
plano. Quizá fuera el sentido común, aliado con el miedo irracional que le
producía el intruso y las increíbles historias que comenzaba a contarle.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—No entiendo lo que trata de decirme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—No te preocupes, que acabarás
teniéndolo todo muy claro. Ahora, sígueme —dijo el otro saliendo al pasillo, y
comenzó a caminar con aquella lentitud característica que presidía sus movimientos,
como si en verdad le costara un gran esfuerzo cada paso que daba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
Titubeante, aunque picado por la
curiosidad, Israel echó a caminar detrás de él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
De frente venía una mujer, también
vestida con el camisón habitual. Entre sus brazos yacía un bebé envuelto en una
pequeña manta que apenas dejaba ver su cara. La madre tenía parte del rostro
velado por una película de sangre seca y un ojo cerrado a una profundidad que
evidenciaba la falta del globo ocular. Aparte de esto, Israel pudo ver que por
la zona de la entrepierna se extendía una gran mancha oscura. Todo parecía
indicar que se había desangrado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
La mujer pasó por su lado, con aquel
caminar pausado, renqueante. No los miró. Tampoco su desconocido compañero de
paseo hizo algún gesto de acercarse a ella o saludarla. Pero sí se ocupó de
relatarle los acontecimientos que propiciaron que estuviera en aquellas
condiciones.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
—Vino un día al hospital, con los
dolores del parto, y tras una paupérrima exploración, el listo del ginecólogo
determinó que aún estaba lejos la hora del alumbramiento. Y la mandó a casa.
Aquella tarde rompió aguas, y su marido, asustado al ver que nacía el niño, se
puso nervioso al volante mientras hacía de nuevo el trayecto hacia aquí. Y
sufrieron un accidente. Ella y el bebé, que ya empezaba a asomar la cabeza,
murieron en el acto. Otra gentileza de la eficiencia del personal hospitalario...<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-55509572955298835372016-07-09T09:46:00.000-07:002016-07-09T09:46:50.023-07:00VIAJE A SAN ADRIÁN<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh-YJ4E2AzeaWTj6bXviFsCDnFDfIlkYsPun7RWinCIZ99ahMeckmg1L-WkUvht8P2GKG0OpVIGA3M-ikQG7lar5MUJ1Bkd9MvxcSxuj7auv6kexVdBEYcMgNQmuuw3ilzGc7zsRsgNzBT/s1600/blogdealimana.blogspot.com.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh-YJ4E2AzeaWTj6bXviFsCDnFDfIlkYsPun7RWinCIZ99ahMeckmg1L-WkUvht8P2GKG0OpVIGA3M-ikQG7lar5MUJ1Bkd9MvxcSxuj7auv6kexVdBEYcMgNQmuuw3ilzGc7zsRsgNzBT/s320/blogdealimana.blogspot.com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen vía blogdealimana.blogspot.com</td></tr>
</tbody></table>
<span style="line-height: 150%; text-indent: 36pt;"><br /></span><span style="line-height: 150%; text-indent: 36pt;"></span>
<span style="line-height: 150%; text-indent: 36pt;"></span><br />
<span style="line-height: 150%; text-indent: 36pt;">...La siguiente parada tuvo lugar
varios kilómetros más adelante, en una rampa situada tras una curva muy
cerrada.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">La sensación de pánico volvió a
acentuarse ante la evidencia de que nuevas criaturas continuarían ocupando las
vacantes del autobús. Y resultaba duro enfrentarse a las espantosas mutilaciones
que desfilarían ante sus ojos. No obstante, este temor no mitigó la curiosidad
que despertaba en ellos conocer la procedencia de aquellos seres. Se levantaron
y se asomaron por los cristales del costado del vehículo que daba al barranco.
La incredulidad les hizo abrir unos ojos como platos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">La estampa que se ofreció ante ellos
fue impactante. A su mente aturdida acudió un recuerdo brumoso, que parecía
flotar sobre la espeluznante escena que se desarrollaba ante sus ojos. Se
trataba de la noticia que ocupara los telediarios de todas las televisiones
durante más de una semana un par de años atrás. Un autobús lleno de turistas
había sufrido un accidente cuando hacía una excursión al Santuario de San
Adrián. </span><br />
<a name='more'></a><span style="mso-ansi-language: ES;">El resultado del fatal suceso fue demoledor. Alrededor de cuarenta
víctimas cubrieron de muerte la ladera de la montaña, ahogando con el manto
negro del dolor los destellos de vocación y esperanza que despertaba el Santo
en sus receptivos corazones.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Ya estaban llegando a la puerta del
autobús las primeras víctimas ensangrentadas. Debajo de la carretera,
desperdigados por un espacio bastante amplio, surgían de la nada nuevos seres,
que se incorporaban con movimientos torpes, como esforzados, y ascendían por la
ladera con lentitud. Sus pasos iban condicionados por las lesiones que
padecían. Las mil caras de un accidente se reflejaban en aquel caminar
bamboleante, en aquel desfile de cuerpos lastimados mucho más allá de toda
esperanza de vida. La aterradora tropa de difuntos, guiados por alguna fuerza
infernal, avanzaba con decisión hacia un autobús que parecía haberse convertido
en su última y más ansiada meta.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Ellos retrocedieron hasta sus asientos
a medida que los primeros cadáveres ascendían los peldaños que daban acceso al
vehículo. Y allí quedaron, suspendidos en la llana irrealidad de la fantasmal
aparición, contemplando el lento discurrir de las figuras indiferentes que
pasaban ante ellos. No vieron en sus ojos dolor ni miedo, tampoco, ansiedad o
esperanza. Solo había vacío. El horrible vacío que deja la vida cuando se
marcha.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Los asientos fueron ocupados de forma
inexorable, casi podría decirse que con disciplina militar. Todos y cada uno de
ellos cargaron con su parte de muerte, de infortunio, como si fueran las piezas
de un macabro rompecabezas.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Cuando la puerta se cerró, no quedaba
ningún asiento libre. Incluso la fila de atrás, con ellos en un extremo, había
sido completada.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Volutas de humo se esparcieron en el
aire cuando el vehículo reinició la marcha.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">No había palabras, ni miradas, tampoco
risas en su interior. Solo silencio. Un silencio repleto de sugerencias y malos
presagios. Solo un silencio demencial como inseparable compañero de viaje.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">La cercanía de aquellas presencias
mudas y lastimadas terminó por resultar muy opresiva, con su olor a sangre y a
muerte. Sin embargo, pese a verlas tan distintas a ellos mismos, no dejaban de
percibir cierto nexo con ellas. Si la situación era horrible en sí misma, esta
percepción la elevaba al rango de verdadera tragedia...</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-87226840518720862922016-06-25T06:33:00.000-07:002016-06-25T07:56:45.305-07:00¿BRUJAS EN VIANOS?<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVLUx5LBY4MLzMX4wa5J7Th2VncLTZ5Bjnqk0UqUfIZt-FpzOX39MQEGMVTEY07JLSWcDXiQMrsWfSodJzuT_vM6AW_SPHLc2P4CZJNXcTiUOSap4B44BOSvgJo22kfBwJ0DACSJUXXodY/s1600/escalofr%25C3%25ADos.org.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVLUx5LBY4MLzMX4wa5J7Th2VncLTZ5Bjnqk0UqUfIZt-FpzOX39MQEGMVTEY07JLSWcDXiQMrsWfSodJzuT_vM6AW_SPHLc2P4CZJNXcTiUOSap4B44BOSvgJo22kfBwJ0DACSJUXXodY/s320/escalofr%25C3%25ADos.org.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen via: escalofríos.org</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>...Aquella
noche tuve la primera pesadilla.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Estaba
encerrado en una habitación muy pequeña, que parecía asfixiarme, a oscuras y
tumbado boca arriba. Mi corazón latía como si quisiera escapar del pecho. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Una
fuerza exterior me arrastraba sin que yo pudiera evitarlo. Enseguida percibí un
golpe fuerte que me estremeció de pies a cabeza. Después, un carraspeo de uñas,
seguido de un crujido apagado. Y una luz cegadora me sacó de la tenebrosa
oscuridad.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero
no me alegró en absoluto la luz del día, porque vi que cuatro manos callosas
retiraban una especie de tapa larga y estrecha, forrada de raso en su parte
inferior, y dos caras aparecieron justo encima mío. Estaban llenas de arrugas.
Mechones de pelo canoso y sucio escapaban por los bordes de sendos pañuelos
negros que cubrían las cabezas, a juego con los hábitos del mismo color que se
apreciaban encima de los hombros y en las mangas. No veía más de ellas, solo
unos ojos oscuros que me miraban desde el fondo de unas cuencas ponzoñosas. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Sus
miradas, ansiosas, parecían deleitarse contemplándome, como si estuvieran
seguras de que yo podría colmar sus anhelos, o su hambre. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Intenté
levantarme para huir, pero me di cuenta de que no podía moverme, aunque sí me
notaba en condiciones de percibir lo que ocurría a mi alrededor, pues vi cómo
sus manos hurgaban en mis ropas, desgarrándolas a la altura de mi vientre.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Con
un esfuerzo sobrehumano, conseguí levantar la cabeza para ver qué estaban
haciendo. Y de súbito quedé paralizado de terror al ver que lanzaban las uñas
hacia mi vientre blanco e indefenso. En ese mismo instante, un dolor
insoportable me convulsionó de pies a cabeza.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Fue
entonces cuando desperté.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
sueño se ha repetido en muchas ocasiones en los últimos años. Incluso a veces
me despierto a media noche y veo dos caras horribles vigilando mi descanso. No
me sonríen, ni me dicen nada. Solo me miran con la atención propia de quien ha
hecho de ese acto el único fin de su existencia.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Por
estos motivos me he convertido en una persona huraña. Me he apartado de mis amigos.
Incluso he perdido mi trabajo, porque no conseguía concentrarme y mi
rendimiento había caído en picado.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Estoy
totalmente solo, sin nadie con quien hablar, con quien reír. Y lo peor de todo:
sin poder decir lo que me pasa. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Aunque
no fui testigo directo, Mauricio me dejó un legado, por decirlo de alguna
forma, que me está destruyendo.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Debo
decir que he meditado mucho acerca del motivo de que el legado de Mauricio pasara
directamente a mí, sin extenderse por Vianos a pesar de que cuando fue pequeño
intentó hacer valer su historia. Hoy creo conocer la verdad: nadie en el
pueblo, ni incluso su madre, llegó a creerle jamás. Ahí radica la razón de que
yo sea heredero de semejante horror. Yo sí le creí. Me lo decían su ojos
compungidos, esclavos de un temor insufrible, que mostraban unas ganas extremas
de liberarse de una vida sumida en la más aborrecible indefensión. Esa fue la razón
de que su maldición pasara a mí: al creerle, volvía a poner en peligro el
secreto de aquellas viejas malditas. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ahora
que lo he perdido todo, hasta las ganas de vivir, porque esto se podrá llamar
cualquier cosa menos vida, he decidido contar esta historia a través de estas
páginas. ¡Y necesito que me crean!, porque ya va siendo hora de que pueda
descansar. Aunque al final tampoco haya un perro a quien cargar la culpa de mi
muerte. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Hay
brujas en Vianos?</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>No
sé qué pensarán ustedes, pero yo no albergo ninguna duda...</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-16096245258812329732016-06-11T09:22:00.000-07:002016-06-11T09:22:06.415-07:00EL AMANTE<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNIEBp9fiACqtv51XDYz9tKyipfsyw_9CVj0U4F7up03v4rmczD007f-R9I2Kv8hHcpMipAkl5IA4y3-0PhX2ScE_woIGbk3Kygm6sF4jzriCteiAAX_CXNgFzI29eODnSN6DKJLFBTj14/s1600/taringa.net.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNIEBp9fiACqtv51XDYz9tKyipfsyw_9CVj0U4F7up03v4rmczD007f-R9I2Kv8hHcpMipAkl5IA4y3-0PhX2ScE_woIGbk3Kygm6sF4jzriCteiAAX_CXNgFzI29eODnSN6DKJLFBTj14/s320/taringa.net.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: taringa.net</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">...Le resultaba imposible continuar
con los ojos abiertos. Sin darse cuenta, su cuerpo fue escurriéndose bajo las
sábanas. Al sentirse acunada por el confortable calor de las ropas, su mente
perdió el apoyo que le proporcionaba el fresco ambiente nocturno y no fue capaz
de seguir concentrada en sus pensamientos. Y estos se fueron diluyendo en el
vacío, como se fue diluyendo su resistencia.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Los primeros trazos de la pesadilla
comenzaron a dibujarse con extrema delicadeza. Algo parecido a una leve
luminiscencia fue adquiriendo intensidad, surgiendo de la pared que separaba el
dormitorio del trastero. Era ligero como una gasa, de colores y contornos
imprecisos. Después se fue concretando, y tras unos breves segundos se
fraguaron unos perfiles bien definidos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Vio que se trataba de una figura
humana de baja estatura y complexión fuerte, que muy despacio se fue
materializando hasta adquirir un realismo sobrecogedor, y espantoso,
refulgiendo en la oscuridad de la habitación. Los ojos se veían saltones en
aquel rostro enjuto, de piel arrugada y pastosa, de un color sucio,
desnaturalizado; falto de vida. Los labios, exiguos, permitían ver unos dientes
amarillos, dibujando una sonrisa insinuante y maliciosa. Las manos caían
pesadas a los lados de un cuerpo flácido y putrefacto. Las piernas, frágiles,
se arqueaban de modo grotesco, sosteniendo a aquella criatura demencial.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Sin embargo, en medio de aquel caos
orgánico, algo destacaba con intensidad de aquel despojo humano. Altivo,
arrogante, rebosante de energía, pleno de vida y poder, con la conciencia
propia de quien se sabe el centro de todo cuanto le rodea, se alzaba
majestuoso, enhiesto como el mástil de una bandera, el miembro viril del
malogrado Román.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Ella lo vio venir en su busca. Leyó la
lujuria en sus ojos ominosos. Sin pensarlo, se hizo un ovillo y se tapó la
cabeza con las sábanas y… luchó en silencio con aquella reminiscencia, con
aquellos deseos soterrados, vagos, que desde hacía días perduraban mucho más
allá del temor que sentía ante la llegada de la noche y… de Román. Mucho más
allá, venciendo al razonamiento lógico de desterrarlos de su mente y de su
alma, esclavizándola, llevándola en volandas a lomos de la pasión más
abominable.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Captó el aliento fétido justo a su
lado cuando las garras huesudas retiraron la ropa de la cama. Se sintió muy
vulnerable, pero no lloró. No esta vez. Algo se había rebelado contra la despiadada
necesidad de huir de aquella situación detestable. Esto se le mostraba ahora
con claridad, pero intuía que llevaba días existiendo, si es que era verdad lo
que pasaba, porque los sueños son caprichosos. A veces nos revelan con un
realismo sobrecogedor las más fantásticas situaciones, incluso las proyectan en
el tiempo como si fuera algo que procede del pasado, que ya hemos vivido, que
forma parte de nuestro entorno cotidiano. Por eso no gritó. Pero ni siquiera
supo si lo hizo solo por eso, o por temor a que él le tapara la boca con sus
zarpas odiosas, o… porque en el fondo lo deseaba.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Al límite entre el horror
y el alivio permitió que le desabrochara el sujetador y se lo quitara...<o:p></o:p></span></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-41248459732968233522016-06-05T06:53:00.000-07:002016-06-05T06:53:48.318-07:00HISTORIAS EN EL PARQUE<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"></span> </div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglaYE3YLrWlcUJd795qxngOCpLh1t7Oj-E4_6J-qSrRS2FgaRwKZ3D1uqeME1mD98mUXj6jV-wP-a5w34jSFM6NCx5Dg8N2i0dtFgCMQMqWYN3Xqr-4BJBYyCF7TPR1wn-WUvfT2MT2pnd/s1600/es.123rf.+com.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglaYE3YLrWlcUJd795qxngOCpLh1t7Oj-E4_6J-qSrRS2FgaRwKZ3D1uqeME1mD98mUXj6jV-wP-a5w34jSFM6NCx5Dg8N2i0dtFgCMQMqWYN3Xqr-4BJBYyCF7TPR1wn-WUvfT2MT2pnd/s320/es.123rf.+com.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">imagen vía: es.123rf.com</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">...Se trataba de un recinto espacioso,
situado junto a los nuevos límites inferiores de la reserva, resguardado del
viento predominante y custodiado por la atenta vigilancia de un macizo rocoso
que se elevaba con altivez señorial en la solitaria paz de la montaña. Una
simple hilera de piedras dispuestas de desigual manera lo rodeaba, creando la
impresión de que el lugar tenía fuerza suficiente para cuidar de sí mismo. A
modo de entrada, se alzaba un amplio arco de madera, con postes tallados y
ataviado con una serie de símbolos y objetos a los que mi condición de profano
en la materia otorgó la categoría de tótems indios.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">No podría definir, ni de lejos, las
formas y colores exactos que tenían estos adornos. Y no era solo porque la luna
proporcionaba una luz insuficiente para este tipo de observaciones, también
había que </span><br />
<a name='more'></a>añadir que no me atreví a acercarme lo bastante para apreciar como es
debido la belleza legendaria de estas construcciones.<o:p></o:p><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">En el interior del camposanto, pues
era imposible albergar alguna duda sobre el fin al que se destinaba el lugar,
se podían observar las imágenes más espeluznantes. Al principio, mis miradas se
vieron atraídas por dos espantosas figuras que salían del cementerio a través
del arco que servía de puerta. Se trataba de dos varones de buena talla, cuyos
cuerpos estaban reducidos a la mínima expresión, pues desde mi escondite detrás
de una roca a algunos metros de distancia alcanzaba a ver los destellos que los
rayos lunares arrancaban a sus huesos cubiertos de andrajosas ropas indias.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Aparentaron ventear el aire como si me
hubieran descubierto. Después, transcurridos unos segundos de duda, echaron a
caminar en dirección al pantano. Detrás de ellos, otros seres hacían su
aparición, pero no se podía decir que surgieran de la nada, sino que se estaban
desenterrando. Unos tenían más de medio cuerpo fuera; otros asomaban la cabeza,
y en un lugar concreto se veía una mano haciendo denodados esfuerzos por
apartar la tierra para abrirse camino hacia el exterior. Y a medida que
emergían de las profundidades de su entierro se dirigían hacia la puerta y
abandonaban el recinto mortuorio para, después de unos momentos de
incertidumbre que yo atribuí a una posible detección de mi presencia, perderse
en la noche en busca de las aguas del pantano. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Sentí que me mareaba, destruida mi
estabilidad emocional. La visión de aquellas imágenes a la luz de la luna, en
un lugar enclavado quién podría saber a cuántos kilómetros de la civilización,
tenía la facultad de destrozar todos mis esquemas. Mis ideas acerca de las
esencias de la vida y la muerte quedaron muy dañadas, porque esta última se me
presentaba de forma opuesta a como yo pensaba que era. Cualquier persona en su
sano juicio no puede ver la muerte de otro<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>modo que no sea el final de la vida, y con él, la inmovilidad total del
cuerpo mientras emprende una progresiva descomposición que le llevará a la
destrucción absoluta. Pensar que una vez extinguido todo signo de vida, el
cuerpo sigue dotado de capacidad para moverse por sí mismo, e incluso desplazarse
de un lugar a otro, está fuera de toda lógica, y solo una mente enferma entendería
que algo semejante pueda suceder. Era normal, por lo tanto, que aquellos
extraordinarios acontecimientos me hicieran temer por mi salud mental...<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; mso-layout-grid-align: none;">
<span style="mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; mso-layout-grid-align: none;">
<span style="mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
</div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5467331223839785409.post-27903053676082307422016-05-27T12:12:00.000-07:002016-05-29T12:59:52.372-07:00SONÁMBULO<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"></span> </div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCWOrBygK_hjnjh7zkvdTcownevOzXZPGfhSfAnRRXGrv0dZ5nUAf7vSIIC8384a8KzDbf_SdXu45-_R09FCbFP-XBHmiXojXPkzk_OMqrqVpnc6M6Xi_xQzA8dR6sNrd-eJj3IvPNuVmN/s1600/elmundofil.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCWOrBygK_hjnjh7zkvdTcownevOzXZPGfhSfAnRRXGrv0dZ5nUAf7vSIIC8384a8KzDbf_SdXu45-_R09FCbFP-XBHmiXojXPkzk_OMqrqVpnc6M6Xi_xQzA8dR6sNrd-eJj3IvPNuVmN/s320/elmundofil.jpg" width="211" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">vía: elmundofil</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">...Una noche oí pasos por el corredor.
Yo estaba despierto en aquel instante, porque echaba de menos a mamá y me
costaba conciliar el sueño. Me pareció un poco extraño, en verdad, pero no tuve
demasiado miedo. No pensé mucho en ello y pronto me quedé dormido.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Pero los paseos nocturnos por el
pasillo volvieron a repetirse, incluso acabaron convertidos en una auténtica
rutina.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Y yo comencé a inquietarme. Bueno, a
decir verdad, estaba muy alarmado. Puede que me defina mejor si digo que estaba
muy asustado. ¿Y qué? ¿Hay algo de raro en que un niño de cuatro años se cague
de miedo si oye pasos por el corredor? ¡Dios, cuánto miedo tenía! Imaginaba que
de un momento a otro vería girar la manivela, y en el umbral de la puerta
aparecería el monstruo del castillo o el lobo feroz. Lo vería a pesar de ser de
noche, porque la persiana no ajustaba bien y a través de las rendijas penetraba
una leve luminiscencia procedente de las farolas de la calle. Y cuando pasaba
algún coche y sus faros iluminaban la ventana, aparecían en la pared de
enfrente, incluso en la puerta misma, una serie de franjas paralelas, radiantes
de luz, que se movían según la trayectoria que siguiera el vehículo.<o:p></o:p></span></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Pues bien, cada vez que esto ocurría,
me tapaba la cabeza con las sábanas ante el temor de que esa serie de destellos
solo sirviera para revelar la presencia del monstruo agazapado en la pared. Más
tarde, cuando el coche dejaba de oírse, todavía continuaba escondido durante un
rato, temiendo que la horrible bestia se hubiera escondido debajo de la cama. A
veces, incluso, podía oír sus intentos de girar el somier con el fin de hacerme
caer en sus garras.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">No sé qué más podría añadir para hacer
comprender el pánico que me provocaban aquellas misteriosas correrías
nocturnas. Aunque creo que es suficiente con pensar en lo fácil que resulta
estimular la mente infantil para hacerse una idea bastante exacta de lo que yo
sufría.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Por aquellos días, la abuela estaba un
poco extraña. Más bien se diría que seria. Noté que era por su hijo, mi padre.
Apenas si le dirigía la palabra cuando nos sentábamos a la mesa a cenar. Antes,
nunca paraba de hablar: “Bla, bla, bla, bla…”, pero ahora se había vuelto
arisca y muy reservada.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Yo era demasiado pequeño para
comprender esas cosas, pero notaba que mi padre estaba un poco… ¿confundido,
quizá?...<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; mso-layout-grid-align: none;">
<span style="mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; mso-layout-grid-align: none;">
<span style="mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
José Garrido Villanuevahttp://www.blogger.com/profile/10181017599421304929noreply@blogger.com0